La Gran Barrera de Coral, situada al noreste de Australia y considerada como el mayor sistema coralino del mundo, se salvó de ser incluida en la lista de Patrimonio de la Humanidad Amenazado, informaron hoy medios locales.
Así lo decidió el Comité de Patrimonio de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), que evaluó el impacto de proyectos mineros y energéticos en la Gran Barrera de Coral durante su reunión anual en la capital camboyana, Phnom Penh.
El Comité de la UNESCO salvó a la Gran Barrera de entrar en la lista de patrimonio en peligro y decidió volver a considerar su situación en la próxima reunión del próximo año, según dijo una portavoz de esta organización a la agencia local AAP.
El Comité de la UNESCO también hizo una serie de recomendaciones a Australia para evitar que el desarrollo industrial amenace la conservación de esta zona natural y para que se refuercen las leyes para proteger a la Gran Barrera.
Australia "tiene doce meses para asumir estar recomendaciones seriamente o la Gran Barrera correrá el riesgo de ser incluida en la lista del Patrimonio Mundial de la vergüenza", dijo desde la capital camboyana un portavoz del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), Richard Lecky.
Los ecologistas y científicos australianos están preocupados porque el eventual desarrollo de una serie de proyectos mineros y energéticos supondrían un aumento de las exportaciones de carbón de 156 a 944 millones de toneladas en 2020 y un mayor tránsito de barcos por las aguas de la Gran Barrera, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1981.
En febrero pasado, Australia reforzó las medidas para proteger la Gran Barrera de Coral con el fin de evitar que este icónico lugar sea retirado de la lista de Patrimonio de la Humanidad, después de que la UNESCO advirtiera que la minería lo amenaza.
La Gran Barrera, que alberga 400 tipos de coral, 1.500 especies de peces y 4.000 variedades de moluscos, comenzó a deteriorarse en la década de 1990 por el doble impacto del calentamiento del agua del mar y el aumento de su acidez por la mayor presencia de dióxido de carbono en la atmósfera. EFE