Halloween es tiempo de leyendas. Estos días proliferan ‘de boca en boca’ una serie de relatos contemporáneos, tan impactantes como escalofriantes, demasiado raros para ser ciertos, aunque se cuentan con los más máximos aires de verosimilitud y, en ocasiones, pueden tener una base real. Algunos se refieren al propio Halloween y otros a la muerte y el más allá.
Una de las leyendas urbanas más frecuentes, principalmente en Estados Unidos, se refiere a niños que supuestamente habrían fallecido o sufrido serias lesiones debido a la ingestión de dulces, manzanas u otros productos recibidos en las visitas puerta a puerta realizadas para el "truco o trato".
El sociólogo Joel Best, de la universidad estadounidense de Delaware, (www.udel.edu) investiga este tipo de historias publicadas desde 1958 en los periódicos New York Times, Los Angeles Times, The Chicago Tribune y Fresno Bee, y ha comprobado que los supuestos daños o fallecimientos infantiles reportados estaban relacionados con causas ajenas a Halloween.
El doctor Best explica que no existen evidencias de asesinatos de niños relacionados directamente con la fiesta de Halloween.
Según Best, la supuesta práctica de dar dulces o golosinas contaminados en lo que se conoce como ‘sadismo de Halloween’ es una leyenda contemporánea, "una historia que se cuenta como verdad, a pesar de que puede haber poca o ninguna evidencia de que alguna vez ocurrieran los hechos de dicha historia".
Según este sociólogo son cuentos que se han extendido de boca en boca, "con poca base en qué apoyarse y, al igual que otras leyendas urbanas, revelan más acerca de nuestra psique colectiva que sobre los acontecimientos del mundo real, siendo formas en las que expresamos nuestra ansiedad”.
Otras historias, como la del alfiler en la barra de chocolate o una cuchilla de afeitar en la manzana, son bromas, muchas de ellas realizadas por los mismos niños, según Best quien, sin embargo, aclara que “si los padres quieren tomar precauciones y acompañar a sus niños en el ‘truco o trato’, es una muy buena idea".
ALGUNAS HISTORIAS CONTEMPORÁNEAS DE ULTRATUMBA.
En la tradición oral se cuenta el caso de una participante en un concurso para premiar la mejor casa de Halloween, que murió asfixiada con una cuerda que formaba parte de un sistema para simular que volaba en una escoba como una bruja, ante la vista de sus vecinos que creían que su angustia y pataleo formaban parte del espectáculo.
También es conocido el relato de la niña que participó en una apuesta de Halloween consistente en clavar un cuchillo en una remota lápida en un cementerio y que después fue encontrada muerta, al parecer de miedo, porque inadvertidamente su vestido quedó atrapado en la tumba y sintió que "algo" la retenía.
Existen diferentes versiones de estas y otras leyendas urbanas ambientadas en el Día de los Muertos o rumoreadas en estos días, como las que aluden a niños desaparecidos, a un asesino que se oculta bajo un disfraz o a la aparición de una mujer malvada si se repite la palabra ‘Bloody Mary’ ante un espejo.
Para indagar en el origen, significado y veracidad de estas historias extraordinarias supuestamente reales que circulan por el mundo y que supuestamente le han ocurrido a “un amigo de un amigo” o “al familiar de un familiar de un pariente cercano”, Efe entrevista a Tomás Hijo, autor del libro: ‘El Libro Negro de las leyendas urbanas, los bulos y los rumores maliciosos’.
Según este escritor e ilustrador y profesor en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Salamanca “las leyendas urbanas son historias que se extienden como un virus y su potencial de contagio depende de su interés. Por eso tratan, casi siempre, de los miedos y deseos más intensos”.
“La muerte, que se materializa en historias de ultratumba, de crímenes, de falsas defunciones y de amenazas para la salud, entre otras, es sin duda la preocupación más intensa, por lo que es el tema más común”, señala Hijo.
Según el experto, estas leyendas urbanas relacionadas con la muerte y los espíritus proliferan y permanecen porque “el ser humano se enfrenta, desde siempre, a zonas de la realidad que desconoce. La ciencia avanza lentamente mientras trata de desvelar esas áreas oscuras, pero sigue habiendo muchas sombra como ¿qué hay después de la muerte?”.
“Muchas veces no hay respuestas, o quien las busca no puede acceder a ellas, por ignorancia o por falta de tiempo o recursos. Aún así, nadie se resiste a formular hipótesis. Y, si son suficientemente interesantes y verosímiles, esas teorías pueden convertirse en historias, en leyendas urbanas”, señala.
FANTASMAS EN LA CARRETERA.
En opinión de Hijo una de las leyendas urbanas más adecuadas para Halloween, es ‘La chica de la curva’: “Alguien conduce por una carretera y ve a una mujer que hace autostop en el arcén. El conductor recoge a la fémina, que es bastante callada. Cuando se aproximan a una curva, la mujer le advierte que tenga cuidado, porque ‘en esa curva me maté yo’. Cuando el hombre mira sorprendido hacia el asiento del copiloto… está vacío”.
Otra de las leyendas preferidas del autor para estos días es la de ‘Los locos también sabemos lamer’, que cuenta la historia de una chica ciega que se queda sola en casa. Cuando escucha que un loco peligroso anda suelto por la zona, se mete en la cama y deja colgando una mano para que su perro lama sus dedos. Así se tranquiliza. Cuando sus padres llegan a casa por la mañana, la encuentran plácidamente dormida y al perro decapitado… .
‘La chaqueta olvidada’ es también muy conocida, según Hijo y se refiere a un chico que conoce una noche a una muchacha y queda prendado de ella. Cuando la chica se va, se da cuenta de que se ha quedado con su chaqueta. Busca la casa de la moza y, cuando la madre abre, se queda pálida, pues su hija murió hace tiempo.
Según este estudioso: “Existen leyendas para contar por la noche con muchas versiones, en las que los protagonistas abren ventanas al ‘Otro Lado’ por medio de rituales absurdos, por ejemplo: antes del uso del prefijo telefónico se decía que si se marcaba el 12-34-56 contestaba, con temblorosa voz infantil, el espíritu de Verónica".
“También están las leyendas que hablan de niñas que pasan la noche inquietas a causa de un gran muñeco, casi siempre, un payaso, que encuentran sentado en su habitación y las mira fijamente. Al final, se descubre que el muñeco no es tal”, añade.
Tomás Hijo recuerda que, cuando era niño, había otra modalidad de invocación de esta historia que consistía en encerrarse en una habitación oscura, agarrar una vela y, a su luz, pronunciar tres veces, frente al espejo, el nombre de la niña espectral: «Verónica, Verónica, Verónica…».
“Supongo que todos recordamos experiencias infantiles terroríficas relacionadas con estas historias. Yo mismo lo he pasado mal, con algunas de las que he mencionado”, señala.
“Pese a lo que muchos piensan, algunas leyendas urbanas cuentan historias que han sucedido de verdad. A veces, la realidad es suficientemente creativa como para generar estos relatos que satisfacen una fantasía colectiva, siempre relacionada con un miedo o un deseo”, explica a Efe. Tomás Hijo, que deja en el misterio qué historias tienen una base real./EFE
2013-10-25