Jeff Bloch ha transformado un Chevrolet Camaro en algo a la vez confuso y atractivo. A primera vista se diría que el coche está al revés, pero es completamente funcional. Lo único que lo separa de un coche normal y corriente es dar unas cuantas vueltas de campana y aterrizar al revés, pero entonces no funcionaría. Es un poco confuso.
Lo bueno es que tiene cuatro ruedas de repuesto y que los gatos ya no se pueden refugiar en los bajos del coche, sino que pasarían directamente al asiento del acompañante, donde, como todo buen acompañante que se precie, serían los encargados de liar los cigarrillos y proporcionar alimentos al conductor. Puras ventajas./NoPuedoCreer
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Sábado 17/08/2013