EFE
Marina Silva, quien, según las encuestas, disputará una segunda vuelta en los comicios de octubre en Brasil con la mandataria Dilma Rousseff, en la que se prevé un empate, "lloró" por las críticas del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, al que acompañó políticamente por 24 años.
"No puedo controlar lo que Lula puede hacer contra mí, pero puedo controlar que no quiero hacer nada contra él", declaró la ambientalista Marina Silva, llorando y visiblemente emocionada, según el diario Folha de Sao Paulo, que la entrevistó después de una jornada de campaña esta semana en Río de Janeiro.
Tras su repunte vertiginoso en las encuestas durante agosto, cuando asumió la candidatura del Partido Socialista Brasileño (PSB) en el lugar del fallecido Eduardo Campos, Silva pasó a ser blanco de críticas por parte del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), de Lula y Rousseff.
La críticas se han centrado en su supuesta intención de no darle prioridad a la explotación del presal, un gigantesco horizonte de reservas de hidrocarburos en aguas muy profundas del Atlántico.
La exministra de Medio Ambiente se defendió y dijo que la explotación del presal puede "convivir" en su eventual Gobierno con otras fuentes de energías "limpias", como los biocombustibles y la solar.
Otras de las críticas ha sido por el hecho de que cuenta en su equipo de campaña con representantes del sector bancario, entre ellos Neca Setúbal, educadora y heredera del privado Banco Itaú.
Al respecto, Silva ha dicho que Setúbal ayudó al gobernante PT a la construcción del programa educativo presentado para la ciudad de Sao Paulo por Fernando Haddad en las elecciones municipales de 2012.
Otra de las críticas del PT al Programa de Gobierno presentado por Silva es sobre la defensa a la "autonomía" del Banco Central expuesto por la candidata, aunque en la campaña de 2010, Rousseff llegó a respaldar también una "autonomía operacional" de ese organismo.
"Quiero hacer cosas en favor de lo que allá atrás aprendí, incluso con él (Lula), como es que uno no debe rendirse a la mentira, al prejuicio y que la esperanza irá a vencer el miedo. continúo creyendo en esas cosas", afirmó Silva, quien evocó las acusaciones de las que fue víctima el propio expresidente.
En 1989, citó, "sufrí mucho con las mentiras que Collor (Fernando Collor de Mello) decía en aquella época contra Lula", como el hecho de "repartir" los bienes de los ciudadanos arbitrariamente.
"Pero no tengo rabia de nadie, ni de Dilma. Voy a continuar luchando", concluyó Silva después de conceder la entrevista durante el trayecto desde una favela hasta un hotel de Copacabana, en Río de Janeiro.
2014-09-13