Miguel Cabrera, considerado uno de los mejores peloteros de todos los tiempos, comenzó su viaje hacia la gloria en un barrio humilde de Maracay, Venezuela. La casa donde vivió su infancia y los terrenos que pisó en su juventud fueron los cimientos de una leyenda que brilló en las Grandes Ligas, específicamente con los Tigres de Detroit.
El contrato multimillonario que Cabrera firmó con los Tigres en 2014, por 292 millones de dólares, lo consolidó como uno de los deportistas más ricos de la historia. Sin embargo, a pesar de su éxito internacional y de tener la posibilidad de quedarse en su mansión en EEUU, el venezolano nunca olvidó su origen, y cada vez que puede, regresa al barrio de La Pedrera, donde todo comenzó.
El barrio que vio nacer a Miguel Cabrera: La Pedrera
La Pedrera es un sector de clase trabajadora en Maracay, con calles angostas y fachadas desgastadas. Allí, Cabrera vivió sus primeros años, rodeado de una familia que vivía en una pequeña casa de ladrillos con puerta de madera.
En las propiedades lindantes vivían su abuela y sus primos, todos cerca. Este humilde hogar fue el punto de partida de su carrera, que más tarde lo llevaría a convertirse en una estrella internacional.
A pesar de las limitaciones económicas, el joven Cabrera encontró en el deporte una vía para cambiar su destino. El parque de béisbol en La Pedrera fue donde dio perfeccionó sus habilidades que lo llevarían a ser un futuro miembro del Salón de la Fama.
En declaraciones con Associated Press (AP), su tío y mentor, José Torres, explicó que Cabrera mostró desde niño un talento excepcional, por lo su éxito que no fue una sorpresa para quienes lo conocían.
Cabrera en La Pedrera
El parque de béisbol de La Pedrera, que fue parte de su formación, fue remodelado gracias a un aporte económico de Cabrera. “Ha hecho cosas que otras personas no hicieron, ni el alcalde, ni el gobierno, por los niños del barrio”, comentó Frederick Guevara, un vecino que trabaja en el estadio también en AP.
La relación de Cabrera con su barrio es cercana y, a pesar de su fama, siempre que puede regresa a La Pedrera para visitar a su familia y amigos. Esta conexión con sus raíces lo convierte en una figura adorada por los habitantes del lugar.
“Es un ejemplo al que seguir en verdad. Por su constancia, por su disciplina, por todo lo que hizo. También por la ayuda que ha dado, que fue bastante. Se le agradece mucho”, comentó su primo en una entrevista con Diario El Siglo.
Pilares en la vida de Cabrera
La familia de Cabrera jugó un papel fundamental en su vida. Su tío José Torres, quien también jugó al béisbol, fue una de las primeras personas en creer en su potencial. “Desde niño, y luego cuando debutó a muy corta edad en Grandes Ligas, ya se veía como un jugador con mucha experiencia”, recordó Torres, quien dirigió la academia de béisbol del barrio.
A pesar del éxito y la fama, Cabrera nunca dejó de ser parte de La Pedrera. Allí, en su barrio natal, donde es ejemplo y pilar de la comunidad, es conocido como “Miguelito”.
Su presencia genera una gran emoción entre quienes lo vieron crecer. “Cada vez que llega al barrio, lo recibimos con alegría”, agregó Guevara en AP.
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