Con la voz quebrada y visible angustia, Julio César Chávez habló por primera vez sobre la detención de su hijo, Julio César Chávez Jr., ocurrida en Los Ángeles hace unos días. “Estoy destrozado”, confesó el ídolo mexicano, dejando ver la preocupación que atraviesa como padre, más allá de su figura pública como ex campeón mundial.
Chávez Jr. fue arrestado por autoridades migratorias estadounidenses, en medio de versiones que lo vinculan con delitos federales, entre ellos supuestos nexos con el crimen organizado. Su padre, sin embargo, niega rotundamente esas acusaciones: “No hay nada de eso. Yo meto las manos al fuego por mi hijo”, declaró.
Julio padre también reveló que no ha podido hablar directamente con él, y que toda la comunicación se ha dado a través de abogados. La familia, según dijo, está “tranquila” y esperando que se aclaren los hechos lo más pronto posible.
Este nuevo capítulo revive la compleja historia entre ambos, marcada por momentos duros y también por apoyo mutuo: en el pasado, el propio Chávez Jr. ayudó a su padre a salir de adicciones, y ahora los roles parecen invertirse.
Entre rumores, versiones cruzadas y dolor familiar, lo único claro es que la ley seguirá su curso, pero el corazón de Chávez ya está en combate.
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