La gran noche de la música latina, la 26ª edición de los Latin Grammy, se celebró este jueves en el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas, atrayendo a estrellas de la música hispana como Raphael, Aitana y Alejandro Sanz. Sin embargo, una de las presencias que más llamó la atención fue la del futbolista español Sergio Ramos.
Sin nominación, pero con un gramófono en mano
La presencia de Ramos, quien actualmente juega con el Club de Fútbol Monterrey ("Rayados"), sorprendió a muchos. Aunque el deportista ha expresado públicamente su sueño de ganar un Grammy en el futuro, no ha sido nominado por el momento.
Ramos tuvo el famoso gramófono en sus manos, pero su papel fue el de presentador. Subió al escenario para entregar a Bad Bunny el premio a Mejor Álbum de Música Urbana por DeBí TiRAR MáS FOToS. El cantante puertorriqueño fue el gran triunfador de la noche, liderando las nominaciones y llevándose cinco galardones.
El puente entre fútbol y música
La asistencia de Ramos a la gala no fue un hecho aislado, sino que fue vista como un puente entre su trayectoria deportiva y su reciente salto al mundo de la música.
Hace unas semanas, el futbolista lanzó su primer single en solitario, titulado "Cibeles". Esta canción marca el inicio de una ambición seria, pues Ramos ha declarado que no se trata de un arrebato pasajero:
"Esto no es un capricho, quiero dedicarme profesionalmente y me veo pudiendo ganar un Grammy en los próximos años", confesó en El Hormiguero.
Para la ocasión, Ramos adoptó un look de estrella del trap, luciendo un traje azul oscuro de corte oversize, sin camisa, dejando ver sus tatuajes y complementado con varias cadenas y gafas de sol oscuras. Acudió a la gala acompañado de su mujer, Pilar Rubio.
Con su presencia en un evento de tal magnitud, Sergio Ramos ha conseguido que su incursión musical "suene bien alto".
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