Xabi Alonso, el nuevo estratega del Real Madrid, llega con una filosofía clara: la adaptabilidad por encima de sistemas rígidos. Inspirado en lecciones de técnicos experimentados como Ancelotti, Alonso priorizará los futbolistas de la plantilla para definir su esquema. Su punto de partida será una defensa de cuatro, con el 4-4-2 como formación base, pero con la mente abierta a la versatilidad.
El técnico vasco no se aferrará a un solo dibujo. Aunque su éxito en el Bayer Leverkusen se basó en una defensa de tres (3-5-2) debido a los perfiles de sus jugadores, en el Madrid, la tradición de cuatro defensas será innegociable. No se espera que se sacrifique un mediocampista vital en el fútbol moderno para sumar un tercer central.
La dirección deportiva trabaja intensamente para dotar a Alonso de los refuerzos necesarios. Dean Huijsen y Trent Alexander-Arnold ya estarían asegurados, aunque aún no se ha hecho oficial la llegada del inglés. Álvaro Carreras también se suma a la lista, mientras que el regreso de Nico Paz por ocho millones de euros se baraja, con la mira puesta en el Mundial de Clubes.
El once inicial que Alonso tiene en mente ya empieza a tomar forma, con Courtois en portería y una defensa que combina experiencia y juventud. En el mediocampo, la búsqueda de un nuevo "timonel" se mantiene activa, mientras que la delantera estará liderada por Mbappé y Vinicius, con Endrick como recambio de lujo. Modric y Alaba, fuera de esta ecuación principal, se despiden o enfrentan un futuro incierto.
Alonso promoverá una competencia interna feroz, consciente de que los cambios serán una constante. Habrá rotaciones frecuentes, con al menos tres o cuatro variaciones por partido para mantener la energía y la estrategia. El aprovechamiento de las cinco sustituciones será clave para inyectar frescura y moldear el esquema según las necesidades del encuentro.
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