EFE
Desde que en 2013 su tema "6 AM" se colara en las listas, J Balvin se ha convertido en una figura cada vez más sólida y aunque no duda en llamar "reguetón" a lo que hace, tampoco pierde de vista las tendencias musicales más actuales.
"Mi reguetón es calle, pero elegante", afirma durante una entrevista con Efe este artista colombiano premiado con un Grammy Latino, que hoy actúa en la gala de Los 40 Music Awards en Madrid y compite en dos categorías.
Nacido como José Álvaro Osorio Balvin (Medellín, 1985), vivió durante algún tiempo en EE.UU., donde mostró interés por corrientes urbanas como el hip hop, y llegó a tocar versiones de grupos rock como Nirvana o Metallica antes de descubrir su "gran pasión".
Del reguetón le atrajo especialmente "una historia muy bonita de persistencia y trabajo, por la que una música de nicho terminó globalizándose".
En este punto, reivindica la labor seminal de Daddy Yankee, tan denostada por otros que critican sus letras machistas y groseras y que cargaron el estilo de connotaciones negativas.
"Mis letras no son groseras, pero el género tiene historia y empezó así, con letras reales y crudas, como pasó con el rock, con la salsa, con el punk…", defiende Balvin, que habla de su música como "reguetón que ya ha ido por el mundo".
De hecho, su éxito global y el de otros jóvenes artistas como Maluma parecen augurar una nueva invasión de los ritmos latinos, como el que en los años 90 protagonizaron Ricky Martin y Shakira, entre otros. "Creo que estamos solo al comienzo de ese ‘crossover’ (cruce) con el mundo anglosajón", apuesta.
Su "Ay vamos" es, junto con "Bailando" de Enrique Iglesias y "Propuesta indecente" de Romeo Santos, el único videoclip de un artista latino entre los 34 que han logrado rebasar los mil millones de reproducciones en Youtube. Además, fue el primer artista de este estilo que pisó el plató de "Good Morning America", donde conoció al intérprete, compositor y productor Pharrell Williams.
"Ambos compartimos la misma visión. Yo no pienso si somos latinos o qué somos; pienso en la raza humana", afirma Balvin, que compartió con él una semana de trabajo en un estudio de Los Ángeles, fruto de la cual surgió el tema "Safari", que lleva semanas entre los diez más escuchados en España y pertenece a su último disco, "Energía" (2016).
A la espera de colaborar algún día con Rihanna, con quien sí ha compartido canción ya es con Justin Bieber, en una remezcla del tema "Sorry". "Es una gran persona y lo aprecio mucho", señala sobre el canadiense.
Al comentarle sobre las acusaciones contra el canadiense por el uso de música pregrabada en conciertos, se encoge de hombros: "Creo que todos pasamos momentos así, no debe ser fácil la presión que tiene", apunta.
Él, personalmente, reniega de fórmulas enlatadas y siempre viaja con su banda, "tanto por una cuestión de energía como de respeto al público".
Por eso no le echa cuentas a quien, como en aquel supuesto encontronazo con Alejandro Sanz mientras grababan "La Voz México", le achacó que "ni canta". "Al que le caiga el guante que se lo chante. Aquí no cayó", replicó.
De aquello dice que fue "algo mediático, publicidad engañosa para llamar la atención" y asegura que la relación con el artista español "está muy bien".
Estos días, a causa del accidente de avión ocurrido en Antioquia, su región, revive el episodio que él mismo sufrió en verano, cuando su avión privado se estrelló en Bahamas.
"Mi forma de ver la vida cambió tras el accidente, aunque a veces se le olvida a uno que todos los días pueden ser el último. Soy muy agradecido en general, pero ahora mucho más", señala Balvin, que salió ileso.
Sobre el futuro de su país se muestra muy "positivo", tras "una época de transformación muy bonita a través del arte y el deporte" que está borrando el pasado "ligado al narcotráfico" y, respecto al resultado del referéndum de paz con las FARC, declara que "lo que pasó no quiere decir que no se quiera la paz, sino una paz bien hecha".
2016-12-01