El nuevo Superman, la visión que del personaje tienen Zack Snyder y Christopher Nolan, es mucho más espectacular, más oscura y estéticamente más brillante que cualquiera de las anteriores pero en ese camino de engrandecimiento ha perdido inocencia, humor y frescura.
Snyder aplica su estilo excesivo ("300″) para apabullar con un despliegue técnico impresionante, alentado por Nolan, aquí en labor de producción, que también aporta su característica oscuridad y la profundidad humana que aporta a sus personajes.
El elegido como nuevo Superman, el británico Henry Cavill, aporta ese toque vulnerable que tanto gusta a Nolan y soporta a base de músculos el peso de una historia más que conocida.
Pero justamente por ello, son algunos de los elementos más populares de las viñetas y del personaje lo que se echa de menos en "Man of Steel".
Las batallas están magníficamente rodadas, los actores están todos excelentes en sus papeles -desde Cavill a su padre biológico, Russell Crowe, pasando por los adoptivos, Kevin Costner y Dianel Lane- y el ritmo es el adecuado para contar la historia.
También la música -de Hans Zimmer, con ecos de sus composiciones para "Gladiator"- amplifica las batallas y la amenaza constante sobre el poder del superhéroe contribuyen a que la película sea menos plana de lo que suelen ser las historias de este género.
Una gran mejora en muchos aspectos. Pero en ese ascenso, Superman ha perdido su inocencia y su humor rozando el absurdo. Todos se toman demasiado en serio y faltan por ejemplo personajes autoparódicos como el del malo Gen Hackman en la película de 1978.
Lo más difícil, que era encontrar buenos sustitutos de Christopher Reeve y de Marlon Brando, está más que conseguido.
Pero el tipo de amenazas contra la humanidad a las que se enfrentan los superhéroes necesitan de una mayor ligereza e ironía, que permitan descargar la presión del espectador. Algo que han entendido a la perfección los responsables de las películas de "Iron Man", pero no tanto los de "Man of Steel".
Lo que no es obstáculo para que el filme sea entretenido y ofrezca un gran espectáculo visual, lo que redundará sin duda en un excelente resultado de taquilla. EFE