El gobierno argentino autorizó a las grandes cadenas de supermercados a importar alimentos de consumo masivo aunque en forma selectiva, con la intención de atenuar las subas de los precios.
La medida se conoció 11 días después de que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunciara la posibilidad de "flexibilizar" el ingreso de algunos productos extranjeros.
La apertura de las importaciones fue avalada por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, como parte de un acuerdo de precios que firmó en las últimas semanas con las empresas dueñas de los grandes supermercados del país, publicó el diario.
El diario "Ámbito Financiero" publicó hoy que Moreno habilitó la importación de artículos importados considerados "premium" y sin restricciones en los precios.
La autorización para el ingreso de algunos productos importados significa un cambio radical en la política económica de Argentina.
En abril de 2012, por medio de la Organización Mundial del Comercio (OMC), la Unión Europea, Estados Unidos y una docena más de países presentaron una queja a Argentina por los controles aplicados a las importaciones.
Dos años antes el gobierno de Brasil había expresado su malestar por el freno que sufrían las exportaciones hacia Argentina y amenazado con aplicar una política de reciprocidad.
"Si es necesario tomar medidas y hacer una apertura de determinados productos, porque quienes los venden hacen ejercicio monopólico, veremos si no hacemos más flexible la importación", aseguró el 21 de marzo último la presidenta Kirchner.
Hasta el momento, los productos importados que ya están a la venta son, principalmente, lácteos, embutidos, fideos, sopas, vinos, cervezas y bebidas gaseosas.
El gerente de Relaciones Institucionales de la Cámara de Importadores (CIRA) de Argentina, Miguel Ponce, celebró la medida del gobierno, pero reclamó que la apertura abarque a otro rubros y no sólo al de alimentos.
"Estamos esperando es que esto no sólo se quede en estos productos premium, sino que sea una dirección correcta", comentó Ponce.
La intención de la medida gubernamental es bajar los precios de los productos de consumo masivo y, así, reducir la inflación, que según organizaciones de consumidores supera el 25 por ciento anual. /DPA