La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, asumió este miércoles de nuevo la responsabilidad de los sucesos en Bengasi, Libia, donde murieron cuatro estadounidenses, pero a la par defendió la respuesta del gobierno y subrayó además la importancia de la presencia de Estados Unidos en la región.
"Como he dicho muchas veces desde el 11 de septiembre, asumo la responsabilidad", dijo Clinton en una audiencia ante el Comité de Asuntos Exteriores del Senado sobre los sucesos en Bengasi, que pusieron en aprietos en materia de política exterior al presidente Barack Obama poco antes de las elecciones que pese a todo ganó, logrando un segundo mandato que comenzó esta semana.
En palabras que también reiteró en su segunda comparecencia parlamentaria del día, ante la Cámara de Representantes, Clinton, quien abandonará próximamente el Departamento de Estado, aseguró que "nadie" está más "comprometido" que ella misma a averiguar todo lo que pasó y a enmendar todos los errores. En el ataque murió el entonces embajador en Libia Chris Stevens.
"Estoy decidida a dejar el Departamento de Estado y nuestro país más seguros, fuertes y salvaguardados", declaró tras asegurar que se están siguiendo todas las recomendaciones para mejorar la seguridad de los diplomáticos estadounidenses en puestos foráneos.
"Es personal", subrayó en un tono emocionado, tras recordar que le tocó a ella recibir junto al presidente Obama los cadáveres de las cuatro víctimas de Bengasi, así como consolar a sus familiares.
Con todo, la jefa de la diplomacia saliente afirmó que la respuesta de su equipo a la crisis en Bengasi fue rápida y "excepcional" y que no hbo ningún "retraso en la toma de decisiones".
Asimismo, subrayó enfáticamente ante ambas cámaras la importancia de que Estados Unidos permanezca en la región para no perder el terreno logrado en los últimos cuatro años de diplomacia.
"Estados Unidos debe seguir liderando en Cercano Oriente y en todas partes en el mundo", sostuvo.
"Hemos recorrido un largo camino los últimos cuatro años y no podemos permitirnos retirarnos ahora", urgió.
Y es que según Clinton, "cuando Estados Unidos está ausente, especialmente en lugares inestables, hay consecuencias: el extremismo se arraiga, nuestros intereses sufren y la seguridad en casa se ve amenazada".
En unas audiencias con marcado carácter político, Clinton también protagonizó algunos fuertes intercambios de palabras con legisladores republicanos, entre otros con los senadores John McCain -muy crítico desde el principio con la respuesta a Bengasi- y Rand Paul, quien calificó de "inexcusable" la actuación de la jefa de la diplomacia y llegó a decir que de haber sido él el presidente, le habría obligado a dimitir.
Las audiencias de hoy probablemente serán de las últimas grandes comparecencias públicas de Clinton, ya que su designado sucesor, John Kerry, comienza mañana mismo el proceso de audiencias para ser confirmado por el Senado.
Pese a haber regresado hace pocos días a su trabajo tras recuperarse de un coágulo en la cabeza que le hizo ser hospitalizada, Clinton, de 65 años, declaró hoy durante más de cuatro horas ante las comisiones de las dos cámaras.
Aunque lo ha negado reiteradamente, su nombre sigue sonando fuertemente como posible candidada demócrata a la presidencia estadounidense en 2016, algo a lo que uno de sus compañeros de partido en la Cámara de Representantes aludió hoy.
"Usted ha hecho todo lo que podía por garantizarle a las futuras generaciones la libertad. Le saludo y espero ansioso a 2016, deseándole muchos éxitos", dijo el congresista demócrata Eni Faleomavaega, a lo que Clinton respondió sólo con una sonrisa. /DPA
(MM)