El cardenal más antiguo del mundo, Paulo Evaristo Arns, arzobispo emérito de Sao Paulo y una de las figuras más relevantes de la Iglesia católica brasileña, cumple mañana 40 años de haber sido nombrado príncipe de la Iglesia por el papa Pablo VI.
Arns, franciscano de la Orden de Frailes Menores (OFM), vive a sus 91 años retirado en una casa de monjas en Taboao da Serra (Sao Paulo), dedicado a la oración como lo hace desde el pasado viernes el papa emérito Benedicto XVI en Castel Gandolfo.
"Don Paulo se dedica a la oración y se mantiene muy pendiente de los problemas de Iglesia y de la ciudad, pero alejado de la prensa", dijo a Efe el sacerdote Antonio Aparecido Pereira, vicario episcopal para las comunicaciones de la Archidiócesis de Sao Paulo, que el cardenal dirigió por casi 30 años, de 1970 a 1998.
Arns fue creado cardenal en el consistorio del 5 de marzo de 1973, el cuarto de Pablo VI, en el que también fue nombrado Albino Luciani, patriarca de Venecia, que en 1978 sería elegido papa Juan Pablo I y cuyo pontificado sólo duró 33 días.
De los 143 cardenales nombrados por Pablo VI sólo sobreviven, además de Arns, el estadounidense William Wakefield Braun, de 86 años, arzobispo emérito de Washington, nombrado en el quinto consistorio (24 de mayo de 1976), y Joseph Ratzinger, de 85, papa emérito, que recibió el capelo en el último consistorio del papa Montini (27 de junio de 1977).
En estos días en que el mundo está pendiente del cónclave que elegirá al sucesor de Benedicto XVI, el cardenal Arns, alejado de la vida pública, sigue "con mucho cariño y oración" las noticias del Vaticano, según Pereira.
Arns participó en los dos cónclaves de 1978 en los que fueron elegidos los papas Juan Pablo I y Juan Pablo II, pero al haber superado los 80 años, no pudo participar en el de 2005, que escogió a Benedicto XVI.
Paulo Evaristo Arns es el décimo de los veinte cardenales brasileños y quizás la figura más relevante de la Iglesia del país en el siglo XX por su intelecto, su compromiso con los más pobres y en especial por su defensa de los derechos humanos durante la dictadura militar (1964-1985).
En esos años combatió enérgicamente la práctica de la tortura por parte del régimen, defendió a estudiantes, periodistas y sindicalistas perseguidos y participó en la campaña que pedía elecciones directas inmediatas.
Como reconocimiento a su obra humanitaria ha recibido numerosos premios en Brasil y en el exterior, como la Medalla Nansen del Alto Comisariado de la ONU para los Refugiados (Acnur), el Premio Niwano de la Paz (Japón), o el Premio Internacional Letelier-Moffitt de Derechos Humanos (EE.UU).
"Don Paulo es un verdadero pastor, un luchador por la democracia, un hombre de una gran espiritualidad que se enorgullece de nunca haber dejado de celebrar misa diariamente en casi 67 años de sacerdocio", afirma Pereira.
Nacido el 14 de septiembre de 1921 en una familia de inmigrantes alemanes establecida en Forquilhinha, en el sureño estado de Santa Catarina, Arns fue ordenado sacerdote en noviembre de 1945, tras lo cual viajó a Francia para completar su formación académica.
Se licenció en estudios brasileños, latinos, griegos e historia antigua en la Universidad de la Sorbona (1950), en pedagogía en el Instituto de Pedagogía de París (1952) y al mismo tiempo en literatura antigua en el Instituto de Altos Estudios de la capital francesa.
Completó su formación con un doctorado en letras de la Sorbona en la que obtuvo la distinción "tres honorable" por sus tesis "La technique du livre d’après Saint Jérome" ("La técnica del libro de San Jerónimo").
También ha recibido 24 doctorados honoris causa en teología, derecho y ciencias humanas de instituciones como la Universidad de Notre Dame (EE.UU.), la de Münster (Alemania) o la Universidad Católica de Nimega (Holanda).
En 1985 creó la Pastoral de la Infancia con el apoyo de su hermana Zilda, quien murió en el terremoto de 2010 en Haití, donde se encontraba ayudar a los niños de ese país.
"En don Paulo se suman la preparación teológica, el intelecto y una profunda sensibilidad hacia los problemas del pueblo", concluye Pereira. EFE