Groenlandia celebra hoy elecciones legislativas, consideradas cruciales para las aspiraciones independentistas del gubernamental partido Inuit Ataqatigiit (IA) y el futuro de la mayor isla del mundo, territorio autónomo del reino de Dinamarca.
Los últimos sondeos, difundidos a finales de la semana pasada, apuntaban a una ligera ventaja para la formación del primer ministro Kuupik Kleist, que obtendría sobre el 41 %, frente al 38 que se pronostica para la segunda fuerza, los socialdemócratas de Siumut.
Kleist, al frente de una coalición tripartita de 2009, aspira a consolidar su posición de primera fuerza para impulsar el proceso de autodeterminación de la isla, con 2 millones de kilómetros cuadrados y apenas 56.000 habitantes, lo que supone una densidad de población de 0,026 personas por kilómetro cuadrado.
El gran caballo de batalla en la campaña electoral del primer ministro es la ley que debe permitir la llegada de mano de obra barata, de lo que depende la autosuficiencia económica de ese territorio autónomo.
Kleist fue elegido poco después del referéndum que otorgó un nuevo estatuto de autonomía a la isla -sucesor del que regía desde 1979- y que reconocía el derecho a la autodeterminación de la isla.
Para avanzar en ese proceso es imprescindible, sin embargo, que Groenlandia optimice la explotación de los recursos minerales de su subsuelo, principalmente las tierras raras y el petróleo.
Apenas un 15 % del territorio de la isla no está cubierto de hielo, lo que hasta ahora ha dificultado y encarecido la explotación de esos recursos.
El cambio climático y el progresivo deshielo han precipitado, sin embargo, las expectativas tanto groenlandesas como internacionales en la explotación de esos recursos.
Tradicionalmente, la principal fuente de ingresos de la isla fue la pesca, más la subvención anual que percibe del gobierno central de Copenhague, aproximadamente un tercio de su presupuesto total.
La autodeterminación implicaría la obligatoriedad de ser financieramente autosuficiente, por lo que Kleist se aferra a la denominada "ley a gran escala", aprobada por el Inatsisartut (Parlamento groenlandés), pero que topa con la legislación de extranjería vigente en Dinamarca.
Kleist quiere abrir las puertas a la llegada de mano de obra barata, base de la futura explotación de esos recursos, mientras que los socialdemócratas de Siumut, liderado por Alega Hammond, pretenden dar marcha atrás a esos planes.
Kleist, de 54 años, llegó al poder apuntalado en el voto de protesta contra los hasta entonces hegemónicos socialdemócratas, a los que parte de la población ve dirigida a distancia por Copenhague.
La cámara groenlandesa se elige cada cuatro años y dos de sus diputados representan a la isla en el Parlamento de Copenhague.
Las elecciones se iniciaron a las 11.00 GMT (08.00 horas locales) y concluirán a las 23.00 GMT (20.00 locales), mientras que la difusión de los resultados oficiales se espera entrada la madrugada. EFE