Los empleados de Petrotrin, la petrolera estatal de Trinidad y Tobago, volvieron al trabajo después de que se lo ordenara una instancia judicial tras más de una semana de huelga que ha llevado a la compañía a perder cerca de 16 millones de dólares diarios.
El Tribunal Industrial de la isla ordenó este miércoles la vuelta a sus puestos a los empleados agrupados en el Sindicato de Trabajadores en Yacimientos Petrolíferos (OWTU, por su sigla en inglés), a los que la empresa acusaba de violar la ley que regula las protestas en el seno de las empresas.
La huelga responde al descontento entre los trabajadores de la compañía por asuntos relativos a cantidades de dinero que aseguran que se les adeuda.
Los trabajadores acusan a Petrotrin, que suministra gasolina y petróleo a países del Caribe y mercados de Centroamérica, de incumplir con el compromiso de pagarles un porcentaje del beneficio generado por su actividad.
Sin embargo, la compañía alega que no obtuvo ningún beneficio al concluir el último año fiscal y que, por lo tanto, no puede repartir ganancias entre sus empleados.
Los trabajadores, que reclaman también mejoras relativas a su seguridad, regresaron a sus puestos de trabajo porque no tenían más remedio que acatar una orden judicial, según explicó el presidente del OWTU, Ancel Roget.
"En la actualidad todos los trabajadores han vuelto a trabajar y este tema se tratará el viernes, cuando nos reunamos en la Corte Industrial", dijo Roget, quien sin embargo apuntó que no hay ninguna garantía de que los trabajadores rindan al máximo en sus puestos de trabajo.
A principios de esta semana, Petrotrin indicó que el cierre de la refinería le dificultaría el cumplimiento de sus acuerdos contractuales con las instituciones financieras internacionales, mientras que su reputación como un proveedor confiable peligra.
Añadió que el paro, que ha detenido las labores de refinería y producción, llegó justo cuando la compañía aumentaba la capacidad de sus refinerías, actualmente en 160.000 barriles de petróleo por día. /EFE