El nuevo secretario de Estado de EE.UU, John Kerry, planteó como máxima prioridad de su cargo la seguridad de los diplomáticos estadounidenses, en un discurso a sus empleados en su primer día en el Departamento de Estado.
"Les garantizo que, a partir de esta misma mañana, todo lo que haga estará centrado en la seguridad de nuestra gente", dijo Kerry ante cientos de empleados congregados en la sede del Departamento de Estado.
El exsenador consideró que hay "decisiones difíciles" por tomar para ampliar la seguridad de las embajadas tras el atentado del pasado 11 de septiembre en el consulado de Bengasi (Libia), donde murieron cuatro estadounidenses, y que se convirtió en el momento más difícil de la gestión de su predecesora, Hillary Clinton.
"Haré todo lo posible para estar a la altura de los estándares que Clinton y su equipo implementaron", indicó Kerry, quien prometió que no dejará que el "patriotismo y la valentía" de quienes fallecieron en Bengasi "queden oscurecidos por la política", en alusión a las acusaciones del Congreso por la gestión del atentado.
Kerry, que fue recibido con aplausos y vítores a su llegada al Departamento de Estado, agradeció reiteradamente el trabajo de Clinton, que abandonó el cargo el viernes después de cuatro años.
"Ésta es la gran pregunta que enfrenta el país, el mundo y el Departamento de Estado después de los últimos ocho años: ¿Puede un hombre liderar el Departamento de Estado", bromeó, recordando que Clinton estuvo precedida de otra mujer, Condoleeza Rice.
"Tengo grandes tacones que llenar", agregó, dando un giro a una famosa expresión que en inglés mide el talento de una persona por el tamaño de sus zapatos.
Kerry consideró que durante el mandato de Clinton, la "visión" del presidente Barack Obama "ha restaurado la reputación de EE.UU. en el mundo", y pidió que sus nuevos empleados le ayuden ahora a él a "fortalecer el país y llevar nuestros ideales al mundo".
Blandiendo su primer pasaporte diplomático, al que se hizo cuando tenía 12 años para viajar con su familia al Berlín dividido de 1954, Kerry recordó que el servicio exterior está en sus "genes", y que lo ha vivido en primera persona desde aquella primera "aventura", en la que cruzó el muro a la Alemania del Este sin permiso de su padre.
"Me castigaron indefinidamente, pero aprendí una gran lección sobre el valor de la libertad", aseguró. "Pero fue una gran aventura, y 57 años después, ésta que empiezo es otra gran aventura", añadió.
El excandidato presidencial en 2004 juró su cargo el viernes en una ceremonia privada, y prevé hacerlo de nuevo de forma pública en un acto programado para este miércoles.
Aunque hoy es su primer día en el Departamento de Estado, el domingo se estrenó en el cargo desde su vivienda, al telefonear al presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, y al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, así como a los cancilleres de Japón, Fumio Kishida, y Corea del Sur, Kim Sung-hwan. EFE