La Asociación Israelí de Fútbol ha multado al equipo Beitar Jerusalem con 50.000 shekels (unos 13.500 dólares) por el racismo de una parte de su afición, poco después de que el presidente del país, Simón Peres, pidiese a esa organización que tomase medidas para acabar con el racismo en las canchas.
El Beitar Jerusalem ha sido sancionado además con el cierre de las gradas orientales de su estadio durante los próximos cinco partidos del equipo, después de que sus seguidores gritasen el pasado sábado eslóganes racistas durante el partido con el Bnei Yehuda de Tel Aviv, informó hoy el diario Haaretz.
Algunos hinchas desplegaron pancartas racistas e islamófobas, después de conocerse que su presidente, Arkadi Gaidamak, tiene la intención de fichar a dos jugadores chechenos de religión musulmana, lo que motivó el rechazo de varios seguidores del equipo jerosolimitano.
"Beitar pura para siempre", se leía en una gran pancarta que provocó numerosas críticas de comentaristas deportivos y políticos.
El último encuentro del Beitar, anoche contra el equipo árabe Maccabi Um Al Fahm, en el que ganó 5-0, transcurrió con tranquilidad después de que un tribunal prohibiese asistir al partido, a petición del club, a medio centenar de seguidores del Beitar por incitación racista en el pasado.
El pasado domingo Peres pidió a la Asociación de Fútbol Israelí que tomase medidas para poner fin al racismo en los campos, tras los últimos incidentes protagonizados por los aficionados del Beitar.
En una dura carta remitida al presidente de la Asociación, Avi Luzón, el presidente pidió que se tomen cartas en el asunto cuanto antes.
"El racismo ha golpeado al pueblo judío más fuerte que a ninguna otra nación en el mundo. Las autoridades deben impedirlo antes de que tenga lugar. Estoy convencido de que todo el país está conmocionado por este fenómeno y nunca lo aceptará", señaló Peres en su misiva.
La ministra israelí de Cultura y Deporte, Limor Livnat, también condenó el suceso y pidió la apertura de una investigación, mientras que el presidente del Parlamento (Kneset), Reuven Rivlin, manifestó que "los llamamientos escuchados a favor de la pureza racial judía en el Beitar son indignantes". EFE