El futuro presidente chino, Xi Jinping, ha defendido hoy que el gigante asiático se mantendrá en el "camino del desarrollo pacífico", pero no consentirá poner en peligro su soberanía, cuando vive la mayor tensión en años con el vecino Japón por la soberanía de las islas Diaoyu/Senkaku.
"Ningún país puede creer que comprometeremos nuestro intereses a cambio de negocios, o que probaremos el amargo fruto de ver nuestra soberanía, seguridad o intereses dañados", destacó Xi, sin aludir directamente a Japón, durante un encuentro con los miembros de la Oficina Política del Comité Central del Partido Comunista (PCCh).
Según informa hoy la agencia oficial Xinhua, durante la sesión, celebrada el lunes, el futuro mandatario -que ocupará la presidencia del país a partir de marzo- enfatizó, no obstante, que la potencia asiática velará por "una atmósfera internacional pacífica".
"Las atrocidades de los tiempos de guerra del pasado han dejado una huella indeleble en la población china, que desea una vida estable y en paz", destacó el líder, secretario general del PCCh desde noviembre.
Xi quiso transmitir también que China no buscará "el desarrollo a costa del sacrificio de otros países" y "nunca se beneficiará del daño causado a ningún vecino".
El "desarrollo pacífico" entonado por Xi va en la línea de lo que el próximo presidente chino ha defendido desde que quedó al frente del Partido Comunista de China, en noviembre pasado.
Mientras transmite la imagen de una China "amigable que no busca la hegemonía mundial", señala hoy Xinhua, el líder no pierde ocasión para sugerir las líneas rojas de su política exterior, sobre todo en lo que a soberanía territorial se refiere.
Sus palabras se producen mientras el antiguo primer ministro japonés, Tomiichi Murayama, se encuentra de visita en China, adonde llegó apenas tres días después de la partida del enviado especial japonés, Natsuo Yamaguchi, de Pekín.
Yamaguhi, al frente del partido Nuevo Komeito, realizó la semana pasada la primera visita de un miembro de la coalición del Gobierno nipona desde que Tokio compró en septiembre tres islotes de las Diaoyu (Senkaku para Japón), lo que condujo a altas tensiones entre ambas naciones que aún perduran.
El viernes, Yamaguchi entregó una carta del primer ministro nipón, Shinzo Abe, a Xi, en la que, según publicó entonces Xinhua, el mandatario japonés aseguraba que ambos países "comparten la responsabilidad de llevar la paz y el desarrollo no sólo a la región de Asia-Pacífico, sino al resto del planeta".
Aunque ningún país ha variado oficialmente su postura desde el estallido de la crisis, alternan desde entonces las llamadas a la negociación con amenazas veladas, que han hecho que organizaciones como "Eurasia Group" apuntaran recientemente a las Diaoyu/Senkaku como el conflicto "más caliente" de 2013.
Xi, no obstante, ha remarcado que "la historia muestra que la agresión armada y la expansión están siempre destinadas al fracaso".
"La prosperidad global y la estabilidad representan una oportunidad para China, mientras el desarrollo de China representa una oportunidad para el mundo", subrayó el líder del país asiático, a la vez que afirmó su voluntad de "participar en la arena internacional de una forma más positiva". EFE