Carlos Gabriel Lara B. / EFE
Los ataques del 11 de septiembre (11-S) de 2001 en Estados Unidos (EEUU) marcaron la historia del país, dejando una desoladora estela de muerte y efectos notorios en la economía y la infraestructura, también obligó a que se destinaran fondos públicos para la reparación de las víctimas.
Víctimas
Un total de 2.977 personas de 93 nacionalidades distintas perdieron la vida. 2.606 en el World Trade Center (WTC); 343 bomberos, 23 policías y 37 oficiales portuarios. También 246 pasajeros de los cuatro aviones involucrados, además de 184 víctimas en el Pentágono.
Según cifras de las autoridades se registraron más de 6.000 heridos. Dos años de edad tenía la víctima más joven y 82 la más adulta. 40% de los restos mortales siguen sin ser plenamente identificados. Asimismo, 19 terroristas de Al Qaeda se inmolaron al estrellar los aviones.
Impacto económico del 11 de septiembre
Más de $60.000 millones fue el costo de los daños en el WTC. $123.000 millones estuvieron relacionados a pérdidas económicas en las primeras cuatro semanas. Por otro lado, $15.000 millones se destinaron para ayudas económicas a las aerolíneas y $40.000 millones fue el paquete de emergencia aprobado por el Congreso.
429.000 personas perdieron su empleo durante los primeros tres meses
Indemnización
Casi $8.950 millones fueron destinados a las víctimas, así como 66.693 solicitudes de reparación se introdujeron. En respuesta, 41.154 casos se resolvieron a favor de los solicitantes.
Protagonistas de 11 de septiembre
Los ataques del 11-S en Nueva York y los hechos geopolíticos que estos generaron otorgaron protagonismo mundial a quienes enfrentaron la crisis y a los terroristas que coparon las páginas de la prensa y de los carteles de búsqueda de las agencias de seguridad.
Osama bin Laden se atribuyó la autoría intelectual de los ataques. Fundó Al Qaeda en 1988 y fue abatido el 2 de mayo de 2011 en Pakistán.
Mohamed Atta fue un líder de los ataques, quien piloteó el avión que chocó contra la Torre Norte. Se unió a Al Qaeda en 1995.
El país potencia
Los atentados del 11 de septiembre generaron una profunda crisis existencial en Estados Unidos, que reaccionó como un "animal herido" y se embarcó en una pantanosa guerra contra el terrorismo que acabaría por acelerar su declive como superpotencia global.
Veinte años después, la humillación del 11 de septiembre de 2001 sigue viva en la conciencia colectiva del país, en forma de incertidumbre sobre su lugar en el mundo, frustración por las guerras perdidas en Oriente Medio y luto por el sueño de invulnerabilidad que terminó con los atentados.
Durante la década anterior a los atentados, Estados Unidos, reforzado por su victoria en la Guerra Fría, disfrutó de una hegemonía global y de un nivel de riqueza prácticamente inéditos en la historia, un poder que parecía no tener límites.
"Había una sensación de exuberancia, y nada simbolizaba esa exuberancia mejor que esas dos torres gigantes, de 110 pisos cada una, que llegaban hasta el cielo, dominando el horizonte de Nueva York, e incluso podría decirse que el de Estados Unidos y del mundo", relató el historiador y psicólogo Charles Strozier.
Tras la caída de las Torres Gemelas, Strozier entrevistó a decenas de supervivientes, familiares de víctimas y testigos, y constató el efecto de los ataques en una generación de estadounidenses que había crecido temiendo un ataque nuclear, y cuyos miedos persistían "bajo la superficie calmada" de finales del siglo XX.
"Los ataques (del 11-S) tuvieron una dimensión apocalíptica. Fue un desastre a tal escala que hizo sentir a la gente que (…) el mundo se podía acabar", explicó el experto.
"Estados Unidos era un animal herido; un animal herido con un enorme poder militar", añadió Strozier.
Afganistán
Los primeros bombardeos en Afganistán llegaron en octubre de 2001, pero lejos de acabar en diciembre de ese año, cuando cayeron los talibanes, o en 2011, con la muerte del líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, la guerra se extendió hasta convertirse en la más larga de la historia de EEUU, recién concluida con una derrota y una caótica retirada.
El difuso concepto de la guerra contra el terrorismo pronto sirvió para justificar otras políticas, como la invasión de Irak, que para Adams fue "el peor error estratégico de los últimos 30 años", además de las torturas en la cárcel iraquí de Abu Ghraib y la apertura de la prisión en la base naval de Guantánamo (Cuba).
Joe Biden
El presidente estadounidense, Joe Biden, firmó un decreto que ordena levantar el secreto de varios documentos relacionados con los ataques terroristas del 11-S, en un gesto de apoyo a los familiares de víctimas que han demandado acceso a esos documentos con esperanzas de mostrar una implicación del Gobierno saudí, reseñó AP.
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