Con la presidenta Cristina Fernández alejada de la escena política mientras se recupera de una cirugía en el cráneo, el oficialismo perdió el domingo en los cuatro principales distritos electorales de Argentina en unas elecciones legislativas que marcan el principio del fin del kirchnerismo tras una década en el poder, según los resultados oficiales.
El oficialista Frente para la Victoria —corriente de centroizquierda dentro del peronismo— perdió en la provincia de Buenos Aires, distrito clave que concentra más del 37% del padrón electoral, así como en Córdoba, Santa Fe y la ciudad de Buenos Aires frente al peronismo disidente, el socialismo y la centroderecha.
Este resultado deja al kirchnerismo, movimiento fundado en 2003 por Néstor Kirchner —antecesor y fallecido marido de Fernández_, en una posición de debilidad política y sin posibilidades de impulsar una reforma de la Constitución para que la presidenta pueda aspirar a un tercer mandato consecutivo.
En los cuatro distritos donde la derrota del oficialismo fue más contundente emergen varios dirigentes que se perfilan como candidatos de cara a las presidenciales de 2015, para las que el kirchnerismo no tiene aspirante claro a la vista.
El vicepresidente Amado Boudou afirmó ante los seguidores de Fernández que se concentraron en un hotel de esta capital que aunque el oficialismo cayó derrotado en varios distritos del país, sigue siendo la primera fuerza política.
"El Frente para la Victoria se ha consolidado como primera fuerza nacional después de todos estos años, lo cual implica una certeza para los 40 millones de argentinos", dijo el vicepresidente, quien reemplaza a la mandataria al frente del poder hasta que ésta regrese después del 8 de noviembre, cuando finalizaría su convalecencia.
"Cristina es una gran paciente que se está preparando para volver con toda la fuerza para conducir este proyecto", sostuvo Boudou.
En la provincia de Buenos Aires, escrutados 52% de los votos, el candidato a diputado del peronismo opositor Sergio Massa se imponía con 43,41% de los sufragios al oficialista Martín Insaurralde, quien obtenía 31,69%, informó el centro de cómputos del gobierno.
"Vamos en la búsqueda de un encuentro que permita que empresarios y trabajadores se sientan en una mesa para pensar la Argentina a 10 años…terminar con la idea de la Argentina dividida y tomarnos de la mano", dijo Massa a sus seguidores.
Este resultado "nos obliga a cruzar la frontera (de la provincia) y recorrer el país", señaló el legislador electo, quien sostuvo que "en paralelo al trabajo parlamentario nos vamos a hacer cargo de tres programas concretos: mejora de la malnutrición infantil, calidad educativa y seguridad".
En la ciudad de Buenos Aires, el conservador Propuesta Republicana (PRO) ganaba con 34,46% de los sufragios para la elección de diputados y con 39,16% para senadores. En Córdoba, triunfaba el peronismo disidente con 26,31% y en Santa Fe el socialismo con 43,12%, en ambos casos para la elección de diputados.
Fernández, de 60 años, guarda reposo desde el 8 de octubre luego de una intervención quirúrgica para extraerle un hematoma en el cráneo. Sus médicos dijeron que su evolución es positiva, pero le aconsejaron evitar situaciones de estrés.
Los resultados muestran que la presidenta perdió más de 20 puntos respecto a 2011 cuando fue reelegida con 54% del apoyo popular. El oficialismo ha sumado por el momento 32,5% de los votos a nivel nacional.
Aunque los comicios auguran un congreso en el que el oficialismo retendría el control gracias a que seguiría siendo la primera mayoría y contaría con el respaldo de sus aliados, su derrota en los principales distritos del país se ha leído como una señal del aumento del malestar social y un debilitamiento del poder presidencial.
En estas elecciones se eligen 127 diputados nacionales y 24 senadores, lo que constituye algo menos de la mitad de la cámara baja y un tercio de la cámara alta.
Cerrada la opción de un tercer mandato y sin un "delfín" claro, Fernández se verá obligada en los dos años de gobierno que le quedan a convivir con la pelea dentro del peronismo para sucederla.
Massa es alcalde del próspero municipio bonaerense de Tigre y fue jefe de gabinete de ministros de Fernández. A principios de este año rompió con el oficialismo y fundó el Frente Renovador, donde confluyeron muchos peronistas desencantados con el kirchnerismo.
Su claro triunfo sobre el candidato de la presidenta lo perfila como uno de los candidatos para la presidencia en 2015.
En la ciudad de Buenos Aires el casi seguro triunfo del partido de centro-derecha Propuesta Republicana, del alcalde Mauricio Macri, posiciona a este último como otro de los posibles competidores en la carrera presidencial.
Macri aprovechó la celebración en el comando de campaña del PRO para lanzar formalmente su candidatura a presidente en 2015.
"Queremos representar a esa mayoría de argentinos que están cansados de que siempre los gobiernen los mismos… llegó la hora de una sana rebelión, de romper con los paradigmas", dijo el acalde.
Agregó que en el 2015 "en la lista del PRO no va a haber ningún ex integrante del gabinete nacional", en una clara referencia a Massa. "No venimos a hacer un cambio dentro de lo que hay…en una democracia que se consolida tiene que haber alternancia".
Otro de los ganadores de la jornada es el socialista Hermes Binner, candidato a diputado nacional por la provincia de Santa Fe, así como el ex vicepresidente Julio Cobos, de la centrista Unión Cívica Radical, que se alzaba con el triunfo en la provincia de Mendoza. Ambos son también señalados como futuros competidores para la primera magistratura del país.
En la pugna que se avecina no puede descartarse a Daniel Scioli, gobernador de la provincia de Buenos Aires. El dirigente es un aliado de Fernández, pero ha construido un perfil político propio que tendría el respaldo de varios gobernadores peronistas para sus aspiraciones presidenciales. /AP