América Latina ha registrado avances en el combate a la pobreza, pero sigue siendo "la región más desigual del mundo", afirmó el vicepresidente uruguayo, Danilo Astori, quien destacó que erradicar este mal requiere de "políticas públicas permanentes".
"En los últimos años la caída de la pobreza ha sido especialmente importante en muchos de nuestros países, pero la desigualdad persiste", dijo Astori en la tercera y última jornada del IV Foro de la Democracia Latinoamericana que se celebra en la capital mexicana.
Eso demuestra "que la teoría del derrame no funciona, que se requieren políticas públicas específicamente diseñadas para combatir la desigualdad" y que no es suficiente "con transferencias monetarias entre los distintos sectores de la sociedad con la intermediación del Estado", indicó.
El vicepresidente uruguayo reconoció que a veces dichas transferencias son necesarias, pero "tienen que ser coherentes con una política de combate a la desigualdad y a la discriminación".
"Es mucho más fácil combatir la pobreza" que la desigualdad, ya que la última implica "ir a los factores estructurales de larga maduración (…) que hacen que la desigualdad de derechos y de oportunidades haya estado presente durante tanto tiempo en nuestras historias", explicó.
Astori admitió que "aceptar esos factores con políticas públicas permanentes, no meramente con transformaciones monetarias (…), es un proceso muy complejo, muy difícil y sobre todo, muy lento".
Sin embargo, "hay que acometerlo", apuntó en una conferencia en la que habló sobre el papel de la política frente a las crisis en el poder y de los "enormes desafíos" que afronta la región.
Entre ellos, mencionó la modernización de la infraestructura, la industrialización basada en la innovación y el progreso, además del combate de la pobreza, la desigualdad y la corrupción.
El camino para encarar los problemas que vive la región "tiene que ser la profundización de la democracia en un escenario de valores superiores", como la libertad, la justicia, la igualdad de derechos y oportunidades, la participación y la prosperidad, indicó.
Si bien América Latina tiene un gran potencial económico, como lo ha demostrado en los últimos años, actualmente sufre un "deterioro en la confianza y en la legitimidad en el sistema político partidario", dijo el vicepresidente uruguayo.
"No hay futuro sin partidos políticos", pero es necesario cambiarlos para "que pongan toda su potencialidad de mecanismos auténticos de acceso de la voluntad popular al poder al servicio de la transformación que tantos de nuestros compatriotas están aguardando", aseveró.
El vicepresidente también resaltó la importancia de estimular "permanentemente" la participación ciudadana, así como la "modernización y especialización de las instituciones", ya que sin ellas "no hay desarrollo".
El IV Foro, organizado por el instituto electoral mexicano y la Organización de Estados Americanos (OEA), concluye este viernes con un debate entre los dirigentes de los tres principales partidos políticos de México.
Desde el miércoles, decenas de funcionarios, expertos empresarios y políticos de la región han analizado los principales problemas y retos de América Latina./ EFE