El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, advirtió hoy de las consecuencias de un ataque de castigo contra el régimen sirio por su presunto uso de armas químicas, pero también urgió a que el Consejo de Seguridad asuma su responsabilidad en el conflicto de ese país.
Ban, en breve rueda de prensa antes de emprender viaje a la cumbre del G20 de San Petersburgo (Rusia), repartió así, de forma diplomática, advertencias a Estados Unidos (el país más dispuesto a lanzar un ataque contra Siria) y Rusia (el principal defensor del régimen de Bachar al Asad), aunque sin mencionarlos.
En medio del debate en Estados Unidos y Francia sobre un ataque de represalia contra el régimen sirio, al que consideran responsable por el supuesto ataque del pasado 21 de agosto, Ban insistió en que "debemos evitar una mayor militarización del conflicto y revitalizar la búsqueda de un acuerdo político".
El secretario general dijo que toma nota de los argumentos de EE.UU. "a favor de la acción para prevenir el uso de armas químicas en el futuro", pero "al mismo tiempo debemos considerar el impacto de cualquier medida punitiva en los esfuerzos para evitar más derramamiento de sangre y facilitar una solución política".
"El conflicto de Siria y por toda la región no interesa a nadie", recalcó Ban, quien dijo que en San Petersburgo abordará el asunto con los principales líderes mundiales.
Recordó que el uso de la fuerza "sólo es legítimo" cuando se realiza en defensa propia o cuando lo aprueba el Consejo de Seguridad.
Sin embargo, Ban dijo que la responsabilidad principal de la situación en Siria recae en el Consejo de Seguridad, el organismo responsable de velar por la paz mundial, y que ha estado dividido sobre este conflicto debido sobre todo al apoyo de Rusia y China al régimen de Al Asad.
Por ello, el secretario general pidió que los miembros de ese organismo "se unan y pongan en marcha medidas adecuadas" en caso de que se confirme el uso de las armas químicas en Siria.
"El Consejo de Seguridad tiene el deber de trabajar más allá del actual callejón sin salida y demostrar liderazgo", ya que el uso de este tipo de armas tiene una dimensión "mayor" que el conflicto de Siria e implica "un deber hacia la humanidad", afirmó.
La misión de expertos de Naciones Unidas que investigó sobre el terreno el posible uso de armas químicas ha enviado ya a distintos laboratorios las muestras biomédicas y ambientales que tomó en la zona del supuesto ataque, y que llegarán mañana a su destino.
Ban Ki-moon indicó que cuando se tengan los resultados los comunicará al Consejo de Seguridad, y reiteró que si se confirmara el uso de armas químicas "sería una violación del derecho internacional y un horrendo crimen de guerra".
"Los autores deben ser llevados ante la Justicia, no debería haber impunidad", insistió el secretario general, quien pidió que se dé a la misión de la ONU "todas las oportunidades para cumplir su tarea".
También reconoció que fue decisión suya que el mandato de esa misión fuera establecer si se habían usado o no armas químicas, pero no determinar quién es el responsable de un posible empleo. "Esta es la decisión de Naciones Unidas y es mi decisión", indicó.
La guerra civil de Siria ha causado ya más de 100.000 muertos, así como unos 2 millones de refugiados y 4,2 millones de desplazados internos.
Ante la magnitud de esta "tragedia", Ban volvió a pedir la convocatoria "lo antes posible" de la Conferencia de Ginebra para tratar de buscar una solución al conflicto, que dura ya más de dos años y medio. /EFE