Redacción 2001.com.ve/Agencias
Varias ciudades, con grandes grupos de personas abrieron el escenario este domingo de una ola de protesta por la destitución de la presidenta del Brasil, Dilma Rousseff.
Belo Horizonte, Río de Janeiro, Recife y Brasilia se llenaron por completo con críticas, urnas y pancartas que habían acordado los ciudadanos a llevar esta semana por las redes sociales.
La mayoría de los manifestantes concentrados llevan puesto ropa verde y amarilla como signo de nacionalismo contra la corrupción,en medio del reciente escándalo de Petrobras.
En Río de Janeiro, muchas personas estaban caminando a lo largo de la línea de costa playa de Copacabana con la ropa con los colores de la bandera brasileña.
En Sao Paulo, las protestas se han programado para la tarde en la Avenida Paulista. Pero alrededor de las 11 de la mañana, uno de los carriles de la carretera fue cerrada por los manifestantes.
Ante las protestas, la presidenta Dilma decidió quedarse en Brasilia este fin de semana acompañado por los ministros de la coordinación política principal para controlar las manifestaciones.
Rousseff puede nombrar a uno de sus ayudantes para hacer una evaluación oficial de las protestas, informaron dos fuentes gubernamentales.
Según las fuentes consultadas, el gobierno considera que no habrá "grandes" la adhesión al movimiento y que esto se debe al contexto marcado por la profundización de la recesión, el aumento del desempleo, la baja popularidad del presidente y el agravamiento de la crisis política.
Refuerza esta evaluación como una segunda fuente consultada, el estallido el jueves la etapa 18 del chorro de lava operación, esta vez con el Ministerio de Planificación.
Al mismo tiempo, Dilma ha dicho en discursos y entrevistas que no dimitan de sus cargos e incluso ha predicado un respeto por la democracia y los resultados de las elecciones.
Frente a la relación con el Congreso, ha buscado un acercamiento con el Senado, sobre todo con el Presidente de la Cámara, Renan Calheiros (PMDB-AL), en una situación en la Cámara de Representantes clasificado "inmanejable" por una base parlamentaria importante aliado.
Según la encuesta de Datafolha, el 71 por ciento de los encuestados considera que el gobierno Dilma mala o muy mala y el 66 por ciento está a favor del juicio político.
Dilma logró respirar esta semana después de que su gobierno hace una aproximación al Senado y para obtener decisiones favorables en el Tribunal de Cuentas de la Unión y el Tribunal Superior Electoral (TSE). También contribuyó al diálogo Dilma alivio y el apoyo que tuvo de los movimientos sociales.
Aún así, el presidente se enfrenta a procesos que pueden resultar en la pérdida de su fórmula presidencial en las elecciones del año pasado por el TSE y el análisis de las cuentas de su gobierno el año pasado por el TCU.
Si las cuentas del órgano un dictamen al Congreso recomendando el rechazo de la jornada, la decisión puede dar fuerza a los partidarios de la apertura de un proceso de impedimento presidente.
2015-08-16