Los ministros de Relaciones Exteriores de Brasil, Luiz Alberto Figueiredo, y el Reino Unido, William Hague, manifestaron hoy su preocupación frente a las turbulencias políticas por las que atraviesa Venezuela.
Figueiredo y Hague comentaron la delicada situación generada por las protestas que se suceden desde hace más de una semana en Caracas y otras ciudades del país y coincidieron en su "preocupación", pero lo hicieron en diferentes tonos.
Hague, quien cumple una visita oficial a Brasil, fue más duro y declaró que el Gobierno británico está "muy preocupado por la violencia" en esas manifestaciones y también por "los informes de detenciones de activistas de la oposición".
Según Hague, "la libertad de prensa y de opinión son derechos fundamentales" que el Gobierno venezolano debe "hacer respetar".
Figueiredo, por su parte, dijo que el Gobierno de Dilma Rousseff "sigue con mucha atención" el desarrollo de la crisis y que confía en que "haya una convergencia" dentro del más estricto "respeto a las instituciones democráticas".
El canciller brasileño manifestó su esperanza en que cesen los "disturbios" y, en nombre del Gobierno de Rousseff, lamentó "la pérdida de vidas y las propiedades destruidas" durante las protestas.
La ola de manifestaciones en Venezuela ha dejado hasta ahora tres muertos y cientos de detenidos, aunque la mayoría ha sido liberada.
El Gobierno de Nicolás Maduro ha responsabilizado a sectores de la oposición, a los que acusa de promover un golpe de Estado con el apoyo de Estados Unidos, y ha expulsado del país a dos funcionarios de la embajada de ese país en Caracas.
Asimismo, ha ordenado la captura del dirigente opositor Leopoldo López, quien hoy se entregó a las autoridades en Caracas, mientras miles de personas volvían a manifestarse contra el Gobierno de Maduro. /EFE