2001.com.ve | EFE
Un equipo de científicos chilenos buscará en jugadores de fútbol una herramienta para diagnosticar el alzheimer, una enfermedad en crecimiento y de la que actualmente solo se trata su sintomatología y no su origen, según informaron a Efe los investigadores,
Se trata de investigar si los daños acumulativos que reciben los futbolistas al golpear constantemente el balón con la cabeza pueden generar demencia o alzheimer, explicó el doctor Waldo Cerpa, jefe del equipo.
Mediante marcadores bioquímicos, pruebas cognitivas e imágenes del cerebro los investigadores esperan caracterizar enfermedades neurodegenerativas con el objeto de administrar tratamientos más efectivos y frenar su avance, precisó Cerpa, futuro subdirector del Centro de Excelencia en Biomedicina de Magallanes (Cebima).
Según datos de la Corporación Profesional Alzheimer y otras Demencias (Coprad), en Chile unas 200.000 personas padecen actualmente esa enfermedad, cifra que hasta se podría triplicar hacia el 2050, según las estimaciones.
Al mismo tiempo, la consultora GfK Adimark ha determinado que un 14 % de la población chilena juega fútbol de manera periódica, con el riesgo, advirtió Waldo Cerpa, de sufrir golpes constantes en la cabeza.
"Somos un país futbolero, desde bien niños nos sometemos a este deporte de contacto, donde se pierde la precaución y la percepción de que se está acumulando daño", señaló.
"Según estudios existentes con algunos marcadores de daño, no es necesario pegarse demasiado fuerte, basta con que en tu vida estés cabeceando la pelota constantemente para adquirir una predisposición al desarrollo de demencia", añadió el también investigador del Centro de Envejecimiento y Regeneración de la Universidad Católica de Chile (Care UC).
El proyecto, que tiene el respaldo del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt), analizará cómo los daños acumulativos producidos por traumas pueden llegar a degenerar las funciones de aprendizaje y de memoria.
Para ello, trabajará con el Sindicato de Futbolistas Profesionales (Sifup) y examinará a jugadores que hayan sufrido contusiones, junto al neurólogo de la Universidad Católica Maximiliano Rovegno.
Ambos, con la ayuda de una psicóloga, buscarán identificar qué correlación existe entre los golpes en la cabeza y el desarrollo de la demencia y el alzheimer. Encontrar estos patrones, ciertos marcadores bioquímicos del daño, les permitiría desarrollar por primera vez una forma de diagnóstico precoz en grupos de mayor riesgo.
Además, en el Cebima, Cerpa conduce la búsqueda para el tratamiento de la enfermedad a través de la administración de litio u otros compuestos de origen natural existentes en la región de Magallanes.
Durante su carrera, Cerpa ha estudiado el glutamato, que es la molécula de transmisión neuronal más importante del cerebro, el medio a través del cual se realizan alrededor del 80 % de las sinapsis (aproximación funcional intercelular especializada entre neuronas) del sistema nervioso central.
Gracias al glutamato, viaja información sensorial, motora, cognitiva o emocional, y además, es un actor primordial en el almacenamiento y recuperación nuestros recuerdos y sus efectos se ejecutan mayoritariamente a través de sus receptores ubicados a nivel sináptico.
Entre ellos destaca el receptor para N-metil-D-aspartato (NMDA), que se ve alterado en enfermedades como el alzheimer o el parkinson.
Cerpa ha estudiado cómo los receptores tipo NMDA se comportan en condiciones de dos mecanismos de daño que ocurren en el cerebro: el estrés oxidativo y los procesos neuroinflamatorios, elementos que se encuentran en cualquier patología neurológica degenerativa y también cuando ocurren patologías agudas, es decir, con un golpe en la cabeza.
En el estudio, el equipo podrá analizar, en el momento que se activan estos mecanismos, cuán alterados están y cómo contribuyen a la progresión del deterioro cognitivo, y más aún, si logran determinar cómo se alteran, también podrán identificar los elementos terapéuticos que permitan regular esos mismos mecanismos.
Según Waldo Cerpa, el trabajo debería permitir mirar no solo los daños asociados a un golpe, sino toda una batería de análisis cognitivo que permitirán decir si la persona, además de ese daño, presenta un aumento en marcadores oxidativos y neuroinflamatorios.
2019-03-24
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