Reclusos en California pusieron fin el jueves a una huelga de hambre de casi dos meses en protesta contra políticas que pueden mantener a algunos líderes de pandillas aislados durante décadas, luego que algunos legisladores accediesen a realizar audiencias sobre las quejas.
Más de 30.000 reclusos habían estado rechazando comidas cuando comenzó la protesta a inicios de julio. Para esta semana, la cifra había bajado a 100, incluyendo 40 que habían estado en huelga de hambre continuamente desde el 8 de julio.
La protesta concluyó luego que dos legisladores estatales demócratas prometieron realizar audiencias más adelante este año sobre las quejas de que líderes de pandillas son mantenidos en unidades de aislamiento durante largos períodos. Tres de los cuatro líderes del ayuno han estado en aislamiento por más de 20 años y el otro por más de una década.
Activistas por los derechos de los reclusos dijeron en una declaración que los huelguistas se reunieron con otros prisioneros y decidieron poner fin al ayuno a causa de las audiencias y "la creciente condena internacional a la práctica de California de confinamiento en solitario".
Un juez federal autorizó a las autoridades penales a alimentar a la fuerza a los reclusos si es necesario para salvar sus vidas, pero los funcionarios no han tenido que acudir a esa medida. Incluso los ayunadores más resueltos habían estado aceptando vitaminas y bebidas con electrolitos durante la huelga.
Al parecer ninguno de los reclusos sufrió problemas severos de salud como daños renales ni oculares, comunes en caso de desnutrición, dijo Joyce Hayhoe, portavoz del funcionario federal nombrado por las cortes para supervisar la atención médica en prisiones.
La vocera dijo que la atención ahora se centrará en regresar gradualmente a los reclusos a la ingestión de alimentos sólidos.
El secretario del Departamento de Correcciones, Jeffrey Beard, dijo en una declaración que el departamento continuará implementando los cambios iniciados hace dos años en sus políticos de enviar a reclusos a unidades de aislamiento diseñadas para castigar a presos que cometen crímenes en prisión o impedir que líderes pandilleros se comuniquen fácilmente con sus seguidores. /AP