Los campesinos colombianos pusieron fin al bloqueo de carreteras que realizaban en el marco de la huelga nacional del sector agrario que durante tres semanas ha puesto en jaque al Gobierno con el desabastecimiento en las ciudades y el cierre de la frontera con Ecuador.
Pese a que las organizaciones campesinos han anunciado que la huelga iniciada el 19 de agosto sigue y que las movilizaciones se van a incrementar, la ONU verificó que los campesinos suspendieron los bloqueos en los siete departamentos en los que aún los mantenían.
Se trata de los departamentos del Cauca, Huila y Nariño (suroeste), Caquetá y Putumayo (sur) y Tolima y el Meta, en el centro, donde tiene fuerte influencia la Mesa Nacional Agropecuaria y Popular de Interlocución y Acuerdo (MIA), la última organización que mantenía los bloqueos.
"Las Naciones Unidas pueden confirmar que en estos momentos dichos bloqueos han sido levantados en su totalidad", señaló un comunicado difundido hoy por el organismo.
La ONU hizo este pronunciamiento tras "la verificación en terreno realizada en un proceso coordinado por la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos" junto a otros organismos internacionales.
Del mismo modo, la ONU manifestó "su satisfacción porque este desbloqueo se ha realizado en forma pacífica, sin enfrentamientos ni afectaciones a las comunidades".
Los campesinos protagonizaron esta acción tras el acuerdo alcanzado en Popayán, capital del Cauca, con el vicepresidente colombiano, Angelino Garzón, en nombre del Gobierno, y los gobernadores de esos departamentos para iniciar las negociaciones sobre la base del pliego de peticiones que hizo la MIA al inicio de la huelga.
Pese a que los bloqueos se recrudecieron en los últimos días en el suroeste de Colombia, el departamento que mayores problemas tuvo fue el de Boyacá, en el centro, cuyos campesinos mantuvieron cerradas la mayoría de vías de la región y sus salidas hacia Bogotá, lo que supuso la falta de algunos alimentos en la capital.
Durante las protestas en el país se registraron siete muertes y graves disturbios e incidentes en varias regiones, incluida la capital.
Los paperos y lecheros de Boyacá llegaron a un acuerdo con el Gobierno para desbloquear la región el 31 de agosto, mientras que en el departamento de Nariño, en la frontera con Ecuador, los indígenas suspendieron los bloqueos al siguiente día, con lo que la protesta fue perdiendo fuelle.
El turno de Arauca, departamento fronterizo con Venezuela, llegó el 2 de septiembre, cuando los campesinos abrieron las vías, excepto para los vehículos de la empresa petrolera que opera en la región.
Desde la firma de los primeros acuerdos, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, convocó al sector agrario a participar en el Pacto Nacional para el Sector Agropecuario y Desarrollo Social, una iniciativa gubernamental para resolver los problemas endémicos del campo en Colombia que lanzará oficialmente el próximo jueves.
"Tenemos que afrontar esa crisis y salir adelante. Y convertir esa crisis en una gran oportunidad", ha dicho el mandatario, quien considera que Colombia tiene un "potencial enorme" para convertir al área rural en un "promotor de equidad y prosperidad".
Pese a encarrilar la protesta campesina se le abrió al Gobierno un nuevo frente ya que más 300.000 profesores de los colegios públicos comenzaron una huelga nacional indefinida en protesta por el supuesto incumplimiento del Gobierno de las condiciones laborales del gremio y en contra de la privatización de la educación./EFE
Martes 10/09/2013