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El candidato laborista a las elecciones presidenciales israelíes, Benjamín Ben Eliezer, instó hoy a EEUU "a regresar a la región" antes de que sea demasiado tarde, porque el entorno regional es "demasiado sensible".
"Arabia Saudí, Baréin, Egipto, Jordania, Turquía… y nosotros mismos… ningún país de la región puede vivir sin el paraguas de una superpotencia", dijo hoy Ben Eliezer en un encuentro con un reducido grupo de periodistas extranjeros, entre los que se encontraba Efe, días después de anunciar su candidatura a las elecciones presidenciales en su país.
"No se nos puede dejar solos, EEUU debe regresar para garantizar también sus intereses estratégicos", subrayó quien hace dos años no ahorró en críticas al presidente estadounidense, Barack Obama, por retirarle su apoyo al entonces todavía presidente egipcio Hosni Mubarak.
Conocido también como "Fuad" (nombre con el que nació), Ben Eliezer calificó a Egipto como "el país más importante de la región" e instó a Washington a darle todo su apoyo al general Abdul Fatah al Sisi para estabilizar la región y hacer frente a la "verdadera amenaza", que en su opinión es un Irán nuclear.
"Si todos esos países sienten que EEUU no les apoya buscarán a otra superpotencia y no creo que sea aún demasiado tarde", señaló el candidato, quien mantuvo una estrecha relación con el dictador egipcio, depuesto en enero de 2011.
Nacido en la ciudad iraquí de Basora en 1936 y emigrado a pie a Israel en 1950, Ben Eliezer es uno de los aspirantes con mayores posibilidades en las elecciones que se celebrarán dentro de dos meses para sustituir como jefe del Estado de Israel al nonagenario Simón Peres.
"Peres consiguió llevar la institución presidencial al lugar (de prestigio) que merece. Sólo él podía", afirmó aludiendo a los escándalos que llevaron a la forzada retirada de sus dos predecesores, Ezer Weizman y Moshé Katzav, este último por un delito de violación.
El jefe del Estado israelí sólo tiene atribuciones protocolarias y es elegido por los 120 miembros del Parlamento (Knéset) cada siete años.
Por el momento, no se ha presentado oficialmente ningún otro candidato -aunque algunas figuras han revelado su intención de hacerlo- y el primer ministro, Benjamín Netanyahu, ni siquiera ha anunciado quien será el suyo.
"Tengo la fundada impresión de que ser de la oposición no será un obstáculo en mi caso. Los apoyos con los que cuento vienen de todos los partidos. Desde luego no me presento para perder", señaló al ser preguntado por Efe sobre sus opciones.
Militar durante 30 años, Ben Eliezer está considerado uno de los halcones del laborismo israelí, y entre los numerosos cargos políticos que ha ocupado desde 1984 está el de ministro de Defensa durante "uno de los peores períodos" de la historia reciente de su país: la Intifada de Al Aqsa que empezó en 2000.
A raíz de una larga cadena de atentados suicidas, ordenó en 2002 la operación "Muro de Defensa" que desmanteló casi por completo la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y apartó de facto del poder a Yaser Arafat.
"La paz con los palestinos es lo más importante hoy por hoy para Israel. Es lo más importante que tiene que hacer para (neutralizar) la amenaza a un estado judío democrático, porque la única otra alternativa es un único estado para los dos pueblos", sostuvo.
Primer gobernador militar de Cisjordania tras su ocupación en 1967, Ben Eliezer fue el primer líder israelí en reunirse con Arafat en Túnez tras la firma de los acuerdos de Oslo en 1993.
Además, mantiene un contacto fluido con los líderes palestinos, entre ellos el encarcelado Maruán Barguti, condenado por la justicia de su país a cinco cadenas perpetua.
Hoy, "Fuad" apeló a sus ramificadas relaciones en el mundo árabe, y a sus raíces en la calle ("crecí sólo y de la nada"), para defender su candidatura a un cargo al que, tradicionalmente, se atribuye la función de "puente".
Puente entre los distintos grupos sociales que conviven en el país, y con aquellos Estados y organizaciones internacionales con los que el Gobierno israelí tiene dificultades.
Preguntado por Efe, Ben Eliezer pidió a la UE, y a los europeos en general, que no alienten boicots contra Israel porque "su efecto sería perjudicial para el proceso de paz", y se mostró plenamente confiado en que las amenazas en Europa "no pasarán de meras declaraciones". EFE