2001online.com | EFE
Agentes rumanos de la Dirección de Investigación de Delitos del Crimen Organizado (DIICOT) capturaron este miércoles en Bucarest al supuesto "mayor falsificador de billetes de plástico del mundo", que presuntamente lideraba una banda ahora desarticulada, según informó esa institución en un comunicado.
Según la DIICOT, desde que empezara a operar en 2014, la banda produjo más de 17.000 billetes falsos de 100 lei (moneda rumana), unos 20 euros al cambio actual. El valor total de los billetes falsos producidos por el grupo se eleva a más de 350.000 millones de euros.
"Las investigaciones han permitido constatar que, en un período de tiempo relativamente corto, el líder del grupo consiguió producir las mejores falsificaciones de la historia de Rumanía y se convirtió en el mayor falsificador de billetes de plástico del mundo", se lee en la nota.
Mientras que la mayoría de países con moneda propia utilizan billetes de papel, Rumanía y otras naciones como Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Vietnam o Mauricio usan el plástico como material para fabricar algunas o todas las denominaciones de sus billetes.
Los partidarios de los billetes de plástico, también conocidos como billetes de polímero, aseguran que son más baratos de producir y su fabricación afecta menos al medio ambiente.
Además, para expertos como el exgobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, los billetes de polímero son "más difíciles de falsificar" que los de papel.
Según las autoridades rumanas, que han puesto a disposición judicial al cabecilla del grupo y a otros dos sospechosos detenidos, las falsificaciones eran "de una calidad superior", ya que se hacían con polímero e imitaban a la perfección "todos los elementos de seguridad", como por ejemplo las microperforaciones, la banda iridiscente y las inscripciones visibles solo bajo luz ultravioleta.
Estas copias, dice el comunicado, eran "casi imposibles de identificar", y eran introducidas en el sistema monetario a través de bancos privados y otras entidades que distribuyen y operan con cantidades abundantes de dinero en efectivo.
"En todas las situaciones en que se identificaron testigos como operadores de unidades comerciales u otras instituciones financieras como bancos comerciales, ninguno de ellos pudo ofrecer información, pues ninguno se percató en el momento de recibir el billete de que era una falsificación", agrega la DIICOT, que se ha incautado de sofisticados equipos de impresión durante la operación.