El Tropicana esperaba volver a las grandes ligas cuando abrió su sala de póquer en el corazón de Las Vegas, haciendo alarde de ser la mejor de la ciudad.
Pero esa misma mañana, agentes federales cerraron los tres sitios de póquer más grandes en internet. En septiembre pasado, menos de un año y medio más tarde, el icónico casino discretamente cambió sus mesas de fieltro verde por máquinas tragamonedas.
Esta es una historia que se ha vuelto cada vez más común ya que el ataque a los juegos de azar en internet debilita la imagen del póquer, y los casinos que alguna vez compitieron para atraer a los aficionados al juego de póquer Texas Hold’Em abandonan este menguante juego por alternativas más lucrativas.
El póquer nunca ha sido una importante fuente de dinero como las máquinas tragamonedas o la ruleta. Sin embargo, cuando la popularidad del juego se disparó durante la década de 2000, los casinos estaban dispuestos a renunciar al dinero extra para mantener a los jugadores dentro de sus instalaciones.
Ahora el cálculo está cambiando. En Las Vegas, epicentro de la moda del póquer, al menos ocho salas de póquer han cerrado en los últimos dos años. La misma tendencia también existe en los barcos del río Misisipí, casinos y salas de juego en territorio indio cerca de las grandes ciudades, desde California a la Florida.
Los defensores del póquer insisten en que el juego sigue siendo igual de popular, y algunos casinos más grandes dicen que sus salas están colmadas.
En un comunicado este mes que anunció la alineación de la Serie Mundial de Póquer, el director ejecutivo Ty Stewart dijo que la bonanza estival en Las Vegas sería una "afirmación sobre la fuerza y el atractivo global del juego".
Pero la oleada de cierres de salas de póquer en la llamada Strip (la franja que forma la principal avenida en Las Vegas) ha provocado que algunos se cuestionen si la mayor tendencia de juegos de azar que ha barrido el país en 25 años podría estar perdiendo impulso.
"Creo que el atractivo del póquer se está disminuyendo", dijo William Thompson, autor de la enciclopedia "Gambling in America" ("Apostando en Estados Unidos") y profesor de administración pública en la Universidad de Nevada, Las Vegas. "Esa es una de las razones por lo que los casinos más pequeños simplemente dicen, ‘no vale la pena todo el tiempo de preparación. Una máquina tragamonedas sería mucho mejor".
Los ingresos por el póquer han decaído en Nevada desde 2007, el año posterior a que el gobierno federal arremetió contra las apuestas vía internet y obligó a las empresas en línea a cerrar o reubicarse fuera del país.
La recesión perjudicó a los casinos en todos los ámbitos, pero mientras que las ganancias de otros juegos empezaron a reponerse en 2010, los ingresos del póquer continuaron a la baja en promedio de 6% anual, según reportes anuales de la Junta de Control de Juegos del estado.
Los ingresos del póquer llegaron a los apilados 123 millones de dólares el año pasado, contra un máximo de 168 millones de dólares recaudados en 2007.
Las entradas a la Serie Mundial de Póquer, el evento principal del juego, también cayeron en 2007 con una reducción del 28% desde un máximo de 8.773. Desde entonces las entradas sólo han alcanzado los 7.000 una vez.
El 15 de abril de 2011, el gobierno federal tomó su más fuerte postura contra el mundo semilegal del póquer vía Internet, cerrando después las tres principales páginas de internet en una fecha que después sería conocida como el "viernes negro".
El hotel Tropicana, que estaba en medio de diversas renovaciones en esa época, inauguró su nueva sala de póquer ese mismo día primaveral.
"El póquer ha pasado por una dramática fase de popularidad. Creció muy rápido. Y saltamos a bordo", dijo Fred Harmon, director de mercadotecnia del casino que está en una intersección concurrida de la llamada Strip, frente al MGM Grand y al New York New York.
La decisión de sustituir la sala de póquer con máquinas tragamonedas durante el otoño pasado fue meramente económica, dijo Harmon.
"Creo que cada compañía en los últimos años ha tenido que ver lo que está haciendo y lo que genera dinero", explicó.
Casinos de todo el país están haciendo el mismo cálculo.
Sam’s Town, en Tunica, Misisipí, cerró su sala de póquer en enero, culpando a la economía. El Seminole Casino Hollywood, cerca de Fort Lauderdale, Florida, sustituyó su sala de póquer con máquinas tragamonedas en septiembre.
Casinos indios en estados como Minnesota y las Dakotas también están retirando sus salas de póquer, según el consultor de marketing Theron "Cuervo Escarlata" Thompson.
"Lo que se está viendo es que las salas pequeñas de póquer están cerrando. Las propiedades más grandes están monopolizando a los jugadores de póquer", argumentó.
Varios casinos pequeños de Las Vegas decidieron no apostar más en ese juego en 2012, incluyendo Ellis Island, que cerró su sala de póquer apenas dos meses después de abrirlo. Jefes de casino también retiraron sus salas desde el Silverton, en la zona sur del Strip, hasta Aliante en el norte, y la de Fitzgerald, que eliminó a su sala de póquer cuando fue rebautizado como el D.
Los casinos del Gold Coast, el Plaza y el Tuscany cerraron sus salas en 2011.
El póquer nunca ha sido un juego de altos ingresos para los casinos porque los jugadores pierden dinero entre sí, no con la casa. Las salas de póquer deben emplear a un crupier para cada mesa y sólo puede recuperar parte de lo que los jugadores ponen, por lo general alrededor del 5%.
Sin embargo, durante el momento más fuerte de la moda, los casinos se apresuraron a instalar salas de póquer para una nueva generación de aficionados.
La moda meteórica de este juego se atribuye generalmente a la aparición de las apuestas por internet, las nuevas tecnologías que permiten a los espectadores ver las cartas ocultas de los jugadores en los torneos televisados y un momento decisivo en la Serie Mundial de Póquer del 2003, cuando un jugador amateur con el extraño nombre de Chris Moneymaker ganó 2,5 millones de dólares del primer premio frente a un millón de espectadores por televisión.
Luego de la victoria de Moneymaker, el MGM Grand en Las Vegas, volvió a abrir su sala de póquer, que había estado cerrada durante años, y el Caesars Palace anunció planes para abrir su primera sala en más de una década. The Venetian hizo lo mismo en 2006.
Las megacasinos siguen invirtiendo en el juego. The Venetian agregó 17 mesas a su sala de póquer en septiembre, convirtiéndola en la más grande de la ciudad, Caesars Entertainment agregó un elemento de estilo tragamonedas progresivo a sus juegos a principios de este año, y es la sala en el Bellagio está llena casi todas las noches.
La directora de póquer de The Venetian, Kathy Raymond, dijo que la expansión, que fue parte de una renovación mayor del piso de juego del casino, ha atraído a más jugadores a la ya de por sí popular sala.
"Creo que el amor que le tiene la gente al póquer no ha decaído", dijo. "Puede que sea parte del ambiente económico, pero no creo que el interés haya disminuido para nada".
Raymond reconoció que los casinos más pequeños pasan problemas para mantener su participación en el mercado.
"Uno necesita volumen para administrar exitosamente una sala de póquer", dijo. "Los gastos generales no pueden ser absorbidos por unas cuantas mesas".
Al final, lo que hace al póquer tan atractivo —su aire de tradición y clase— puede ser su ruina, al menos en el piso de juego, dijo William Thompson. Después de todo, los casinos hacen sus miles de millones de dólares dándole a la gente nuevas y estimulantes formas para perder dinero.
Mientras que los desarrolladores de máquinas tragamonedas pueden lanzar nuevas, con diferentes conceptos, cada cierto número de meses, el póquer se mantiene sin cambios.
"Con las máquinas tragamonedas, puede uno seguir reinventándolas, así que durarán más tiempo. Están lanzando nuevos detalles todo el tiempo", explicó./AP