En una advertencia inusualmente enérgica, la principal organización europea defensora de los derechos humanos dijo el miércoles que la reacción del gobierno británico ante la revelación de los programas estadounidenses de espionaje internacional tenía consecuencias que podrían afectar la libertad de expresión.
El Consejo de Europa, con sede en Estrasburgo, pidió a las autoridades británicas que expliquen por qué ordenaron la destrucción de computadoras del diario The Guardian —la publicación que hizo las revelaciones— y la detención de la pareja de un periodista en el aeropuerto londinense de Heathrow.
"Estas medidas, de ser confirmadas, podrían tener un posible efecto desalentador sobre la libertad de expresión de los periodistas tal como está garantizada por… la Convención Europea sobre Derechos Humanos", dijo el secretario general Thorbjoern Jagland en una carta abierta a la secretaria del Interior británica, Theresa May.
Dicha Secretaría del Interior se negó a hacer declaraciones al respecto, pero funcionarios británicos justificaron previamente la detención de David Miranda —pareja del periodista Glenn Greenwald de The Guardian— bajo el argumento de que creían que transportaba documentos secretos que pudieran resultar útiles a terroristas.
El Consejo de Europa, un organismo distinto a la Unión Europea, dirige la Corte Europea de Derechos Humanos, encargada de velar por la aplicación del código de derechos firmado por los 47 estados miembros. Este organismo de vigilancia interviene habitualmente en asuntos de derechos humanos, pero el lenguaje empleado en la carta es propio más bien del que utiliza el consejo cuando se comunica con países que no se destacan por su respeto al estado de derecho.
El vocero del Consejo, Daniel Holtgen, dijo que la frase "efecto desalentador" se había utilizado anteriormente en relación con situaciones en Turquía y Azerbaiján.
"Pocas veces ha sucedido que hayamos tenido que expresar preocupación por lo sucedido en un estado occidental", dijo Holtgen vía telefónica. "A fin de cuentas, tenemos que aplicar los mismos estándares".
El viceprimer ministro británico Nick Clegg defendió la orden de destruir varios discos duros de The Guardian el mes pasado, argumentando que contenían información que hubiera sido dañina para la seguridad nacional en caso de caer en las manos equivocadas.
Holtgen planteó un interrogante retórico: ¿Qué habría pasado si la pareja de un periodista hubiera sido detenida en Moscú, o si le destruyeran los discos duros a un periódico ruso?
"La prensa occidental se ensañaría con Rusia", dijo.
"Debemos aplicar los mismos estándares a los países occidentales, incluidos los miembros fundadores del Consejo de Europa como Francia, Gran Bretaña o Alemania", dijo. "No es una crítica dura y explícita, sino un recordatorio de que estamos dando seguimiento al caso". /AP