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Ciro Tamayo, el "aprendiz" español de Julio Bocca que deslumbra en Uruguay

Sabado, 27 de abril de 2013 a las 07:30 pm
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Con apenas 19 años, el malagueño Ciro Tamayo se ha convertido en el bailarín solista del Ballet Nacional del Sodre (BNS) de Uruguay, donde brilla bajo la dirección del argentino Julio Bocca, que lo tomó como "aprendiz" para enseñarle a "volar" en el mundo de la danza clásica.

Menudo, educado y discreto, el joven andaluz explicó a Efe, en una entrevista, que llegó a Uruguay invitado expresamente por Bocca, leyenda del ballet que desde 2010 se encomendó, con notable éxito, la tarea de resucitar la compañía uruguaya.

En apenas año y medio, Tamayo se ha convertido en la principal estrella masculina del elenco, en una carrera meteórica que parece no tener freno desde que hace apenas 12 años entrara por vez primera en una escuela de danza.

Tras participar en papeles cada vez más importantes en los montajes de "El Corsario" y "El Cascanueces" que el BNS realizó la pasada temporada, este año arrancó para Tamayo con su nombramiento como solista de la compañía y su protagonismo en "La Sílfide" durante marzo, con numerosos parabienes y el teatro lleno.

"Es un peso, pero es un peso agradable", confesó Tamayo en el auditorio Adela Reta de Montevideo, sede principal de la compañía nacional de danza.

Para el artista, su presencia en Uruguay, además de permitirle bailar en una compañía que tiene "una gran proyección", le ofrece la "posibilidad de trabajar con un director de nombre, que hace cosas grandes e importantes" y que, desde luego, "puede abrir muchas puertas".

"Ya dijo (Bocca) a varias personas que su idea era que me quedara con él por lo menos durante dos años para que pudiera transmitirme toda la experiencia que pudiera y de ahí yo tenía que volar a otro lugar", añadió.

El joven no es el único español de la compañía. La maestra de ballet española Lorena Fernández, asistente del director desde hace algo menos de un año, comparte la idea de que el BNS está en plena proyección.

"Con Bocca, el nivel del reto profesional está en la compañía", que ahora es "una compañía de nivel internacional con pensamiento internacional", explicó Fernández a Efe

"En esta compañía hay un futuro obvio. Con todo el equipo que está montando Julio, con un grupo consistente que está pegando fuerte y que todavía puede seguir avanzando a mejor", indicó.

Tamayo se muestra agradecido por la oportunidad y por el trabajo que su director está haciendo para "mostrarlo".

Su relación con el ballet uruguayo comenzó hace casi tres años, durante un concurso celebrado en Barcelona que ganó Tamayo y en el que el director argentino fue miembro del jurado.

"Bocca me vio allí y directamente me ofreció un contrato para unirme a la compañía, con la única idea de trabajar conmigo y enseñarme cosas para aportarlas a mi danza. Pero yo tenía 16 años y pensaba solo en terminar mis estudios, por lo que no acepté", recordó.

Poco después, hizo un curso de verano en la Royal Ballet School de Londres y allí, pese a estar lesionado, le ofrecieron una beca para terminar sus estudios, que ya le habían llevado desde su Málaga natal al Real Conservatorio de Danza de Madrid, y de allí a la capital británica.

Inspirado por el protagonista de la película británica "Billy Elliot", su héroe y responsable de que desde niño se sintiera atraído por la danza, Tamayo cumplió así con su sueño de estudiar en la prestigiosa escuela británica, una experiencia que sin embargo no recuerda con mucho cariño.

"El ambiente allí es medio complicado. Y descubrí que hay un mundo cruel ahí fuera. Y la gente era más fría, menos cálida que los latinos", apuntó.

Y así, su madre le hizo recordar la oferta de Bocca y Uruguay, país de apenas 3,3 millones de habitantes al que nunca había pensado que le llevarían sus pasos.

"Escribí a Julio para preguntar si su oferta seguía en pie y me respondió con un ‘¿cuándo puedes empezar?’. Y así me planté aquí", dijo.

Según Tamayo, los valores que sus maestros, incluido Bocca, ven en su danza no pasan tanto por lo técnico como por "el sentimiento" que imprime a sus movimientos.

Él reconoce que su buen oído musical y su capacidad para saltar -fruto de un trauma en sus primeros años de bailarín por ser siempre el más bajito de la clase- son sus dos principales activos.

Con un futuro brillante por delante, Tamayo sin embargo no tiene prisa por salir de Uruguay, donde se siente como en "casa" y donde tiene una "linda vida".

"La verdad es esa, ahora no tengo planificado marcharme. Me siento mejor que nunca", reconoció. EFE