DPA
Desde el cambio de su doctrina militar en 2010, Rusia puede enviar más fácilmente a su Ejército a intervenciones en el extranjero.
Anteriormente, para esas operaciones era necesario que se cumpliera una de estas tres condiciones: necesidad de autodefensa, de lucha contra el terrorismo o de cumplimiento de los acuerdos internacionales.
Sin embargo, desde 2010, la nueva doctrina militar rusa considera "legítima la intervención de las fuerzas de combate y otras tropas para garantizar la protección de los ciudadanos que se encuentren fuera de las fronteras de la Federación Rusa, en consonancia con los principios generales y las normas reconocidas del derecho internacional y de los acuerdos internacionales de la Federación Rusa".
Rusia modificó su doctrina militar a raíz de la guerra en el sur del Cáucaso contra Georgia en 2008, cuando Moscú justificó su intervención alegando que debía proteger a sus ciudadanos en la región separatista de Osetia del Sur.
Ese argumento desató también la preocupación en todo el mundo de que con ese pretexto Moscú podría ordenar en cualquier momento una intervención de sus fuerzas armadas fuera del país.
El entonces presidente Dimitri Medvedev destacó que el trasfondo de los cambios era en realidad la lucha contra la piratería, de forma que así los soldados rusos podrían actuar con mayor facilitad, cuando antes se necesitaba la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU o una declaración de guerra.
En la península de Crimea viven muchos rusos y también la flota rusa del Mar Negro está estacionada en la región autónoma ucraniana por un contrato de arrendamiento entre Moscú y Kiev vigente hasta 2042.