Un mes después del terremoto considerado como la "peor tragedia" de los últimos 70 años, Ecuador continuaba contando sus muertos mientras que los pobladores de zonas afectadas abrían sus negocios rodeados de escombros y maquinaria.
"Son aproximadamente 700 las personas (muertas) a nivel nacional", afirmó el lunes a la AFP el ministro del Interior, José Serrano.
"Muchas personas salieron directamente de los lugares (del siniestro), cogieron a sus familiares a pocas horas de que ellos fallecieron, les cogieron de los lugares de los escombros y los llevaron a enterrar" sin que hayan sido reportados ante las autoridades, explicó Serrano en el balneario de Pedernales, al oeste de Quito y epicentro del terremoto.
La Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR) informó sobre el hallazgo del cuerpo de una mujer entre las ruinas de un centro comercial del puerto pesquero de Manta, 28 días después del sismo, y elevó a 661 la cifra de fallecidos.
En honor a los fallecidos, este lunes en Pedernales se ofició una misa en la que se leyeron los nombres de las 186 personas que murieron en esta localidad.
Los asistentes a la eucaristía llevaban fotos de sus muertos y a la hora exacta del terremoto lanzaron globos blancos y encendieron velas.
"Prendí esta vela en nombre de todas las ánimas que se han perdido", contó a la AFP Alejandrina Ortiz, un ama de casa de 61 años que asistió a la conmemoración con su hija y nietos.
Apolonia Cagua, una comerciante de la turística Pedernales, perdió a dos hermanas en el movimiento telúrico. Una de ellas debió ser exhumada porque sus familiares no habían realizado los trámites para obtener el certificado de defunción.
"No le habían arreglado los papeles y la sacaron el sábado" hacia un centro forense de la Fiscalía encargado de las autopsias de los cuerpos que no están inscritos entre las víctimas del terremoto del pasado 16 de abril, dijo a la AFP, Cagua, de 62 años.