La Casa Blanca criticó la expulsión por parte de Venezuela de tres diplomáticos estadounidenses y afirmó que la política exterior del gobierno de Nicolás Maduro no es "seria" y responde nada más a un intento por "desviar" la atención de problemas domésticos.
"Esta acción del gobierno venezolano es claramente un esfuerzo por desviar (la atención) de sus problemas domésticos y no es una forma seria para un país de realizar su política exterior", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.
El vocero reiteró el "total rechazo" ya expresado por el Departamento de Estado los pasados días a las acusaciones de Caracas contra sus tres funcionarios y defendió la decisión de Washington de reciprocar la medida con la expulsión a su vez de tres altos diplomáticos venezolanos en Estados Unidos, incluido el encargado de negocios, Calixto Ortega.
La decisión fue confirmada por la vocera del Departamento de Estado Marie Harf, quien dijo que la notificación oficial fue realizada la pasada noche al propio Ortega.
Los tres diplomáticos venezolanos tienen así 48 horas para abandonar el país, aunque por el momento todavía están en territorio estadounidense, según la embajada venezolana en Washington.
Tanto Carney como Harf aseguraron que pese al nuevo diferendo diplomático con Venezuela, Washington sigue interesado en una relación "funcional" con Caracas, pero destacaron la necesidad de que el país sudamericano ponga de su parte.
"Hemos dicho durante mucho tiempo que queremos una relación funcional y constructiva con Venezuela y, desde luego, seguimos comprometidos con ello", afirmó Harf.
"Nos gustaría llegar al punto en que seamos capaces de avanzar en áreas de interés mutuo como la lucha contra las drogas, antiterrorismo y lazos económicos y comerciales", corroboró Carney./DPA
Miércoles 2/10/2013
"Pero llegar hasta ahí requeriría una demostración de seriedad por parte del gobierno venezolano de Caracas", subrayó el portavoz de la Casa Blanca.