Estados Unidos afirmó que no hay lugar para el presidente Bachar Al Asad o miembros de su régimen en el futuro de Siria, por ser los responsables directos o indirectos de las atrocidades cometidas en los dos años que lleva el conflicto interno en este país.
"El régimen de Al Asad y sus partidarios que han cometido crímenes contra el pueblo sirio deben saber que el mundo está mirando y que deberán pagar por sus actos", dijo la embajadora de EEUU ante la ONU en Ginebra, Eileen Donahoe.
En su intervención en la sesión de emergencia que dedica hoy el Consejo de Derechos Humanos a la situación en Siria, Donahoe destacó los esfuerzos de la comunidad internacional por abrir la vía de una solución política a esta guerra, pero recalcó que también hay que prevenir la impunidad.
Rusia y EEUU acordaron recientemente convocar una conferencia internacional en Ginebra -cuya fecha está por definir- con el fin de acabar con la guerra civil en Siria y en la que está previsto que participen tanto representantes del Gobierno de Al Asad, como de las principales fuerzas de la oposición.
Por el momento, Moscú ha arrancado al Gobierno de Damasco el compromiso de que enviará una delegación a esa cita, pero la oposición todavía no llega a un acuerdo en este sentido.
La sesión del Consejo de Derechos Humanos tiene lugar por iniciativa de Catar, Turquía y EEUU, que han propuesto un proyecto de resolución que pide al Gobierno sirio poner fin al sitio sobre la ciudad de Al Quseir (oeste), durante el que cientos de personas han muerto y se cree que 40.000 civiles están atrapados sin agua, alimentos, electricidad ni suministros médicos.
A partir de una primera versión de ese documento, que sólo condenaba las masacres cometidas en esa localidad atribuyéndolas a las fuerzas gubernamentales, varios países negociaron incorporar un llamamiento a "todas las partes" del conflicto -referencia implícita a los rebeldes- a detener sus acciones y una condena a todas las formas de violencia armada, provenga de donde provenga.
"Condenamos el rol directo de Hizbulá en las hostilidades, un papel que atiza las tensiones en la región, genera más violencia dentro de Siria y provoca inestabilidad en el Líbano", declaró Donahoe.
Asimismo, la resolución que se propone rechaza la intervención de combatientes extranjeros que han actuado en la masacre de Al Quseir por cuenta del régimen de Al Asad, en alusión a la milicia libanesa chií Hizbulá.
El embajador de Siria, Faysal Hamui, adelantó que su gobierno no reconocerá la resolución, que dijo está "llena de mentiras e hipocresía" y acusó a Catar y Turquía, sus dos patrocinadores, de estar entre los "principales responsables del derramamiento de sangre" en su país.
Al primero le acusó de gastar miles de millones de dólares en aprovisionar de armamento a los grupos rebeldes y al segundo de permitir la entrada y entrenamiento en su territorio de milicianos de organizaciones extremistas que luego pasan a Siria para combatir al lado de la oposición. /EFE
Miércoles, 29/05/2013