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Egipto anunció el jueves que gastará 32 millones de dólares en mejorar la seguridad en dos complejos turísticos del Mar Rojo, a raíz de recientes ataques y la sospecha de una bomba terrorista en un avión ruso.
El gobierno intenta reactivar el sector turístico del país y restaurar la confianza en la seguridad de las atracciones turísticas.
Los 32 millones de dólares son para ampliar el uso de cámaras de seguridad, equipo de escaneo y detección y perros rastreadores en las ciudades de Sharm el-Sheij y Hurgada, y desplegar fuerzas adicionales ahí, dijo el ministro de turismo, Hisham Zazú, en un comunicado.
La preocupación por la seguridad también fue palpable durante la visita de los medios de comunicación al nuevo museo en el desierto del Valle de las Ballenas, 170 kilómetros (casi 105 millas) al sur de la capital, El Cairo, donde militares fuertemente armados y con pasamontañas negras montaban guardia junto a policías mal disfrazados con el atuendo local beduino, suficientemente corto para revelar sus uniformes.
Las cifras de turistas cayeron fuertemente en los tumultuosos cinco años desde el famoso levantamiento popular en 2011 para derrocar al autócrata Hosni Mubarak. Una duradera insurgencia islámica en la península del Sinaí se intensificó en 2013 luego de la destitución por parte del ejército del sucesor de Mubarak, el presidente islamista Mohamed Morsi, lo cual empeoró los problemas de turismo.
La construcción del publicitado Museo de los Fósiles y el Cambio Climático fue cubierta con un subsidio de 2.000 millones de euros de Italia, de acuerdo con el embajador italiano en Egipto, Maurizio Massari.
Su pieza central era un esqueleto intacto de 37 millones de años de antigüedad y 20 metros de largo de una ballena con patas que muestra cómo las ballenas de nuestros días evolucionaron desde ser mamíferos terrestres.
El museo en forma de cúpula color arena era apenas perceptible en el desierto.
"Cuando construyes algo en un lugar tan hermoso y único, tiene que combinar con lo que lo rodea… o sería un crimen contra la naturaleza", dijo el arquitecto del museo, Gabriel Mikhail, señalando hacia las dunas de arena cercanas. "Confiamos en que los visitantes vendrán", agregó sonriendo. / Con información de AP.
2016-01-14