EFE
El Gobierno portugués superó hoy, como estaba previsto, la sexta moción de censura en tres años de legislatura gracias a los votos de los dos partidos conservadores (PSD y CDS-PP), aliados en el Ejecutivo.
La mayoría absoluta de la coalición, con 132 de los 230 diputados, tumbó la moción presentada por el Partido Comunista (PCP), apoyada por el marxista Bloque de Izquierda y los Verdes, además de los socialistas (PS), principal fuerza de la oposición.
La iniciativa fue planteada en el Parlamento como reacción al resultado de las elecciones europeas del día 25 en Portugal, que ganó el PS con el 31,4 por ciento de los votos y dejó en segundo lugar a los conservadores, con el 27,7 por ciento.
Para los comunistas, esos resultados son reflejo de la pérdida de la confianza popular en el Gobierno.
El debate de la moción puso de manifiesto la cohesión de los conservadores en contraste con la abierta división que se vive en el seno del Partido Socialista, inmerso en una guerra entre su actual secretario general, António José Seguro, y el alcalde de Lisboa, António Costa.
Hoy se escribió un nuevo capítulo en esta lucha con motivo de la decisión de Seguro de no acudir a las dos primeras horas de sesión parlamentaria, por considerar que la moción presentada por los comunistas era inoportuna.
Sin embargo, después se sentó en su escaño para votar junto al resto de diputados socialistas a favor de la iniciativa de derribar al Ejecutivo, lo que le valió duras críticas incluso entre sus compañeros de bancada.
"La ausencia de Seguro en el debate de la moción es una vergüenza", aseveró el parlamentario Joao Galamba en las redes sociales.
En este ambiente enrarecido, la moción de censura en sí pasó prácticamente inadvertida y los diputados se enzarzaron en una discusión sobre el texto de la iniciativa presentada por los comunistas, que incluía referencias a la salida de Portugal del euro.
De hecho, otro miembro destacado del PS y su cabeza de lista para las europeas, Francisco Assis, declinó participar en la votación final por considerar que el documento era "provocativo" por "cuestionar la pertenencia del país a la UE".
La ambivalencia de los socialistas fue también objeto de críticas por parte del primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, quien insistió en los efectos negativos del apoyo del principal partido de la oposición a un texto que plantea la salida de la moneda única europea.
El "número dos" del Ejecutivo, el viceprimer ministro Paulo Portas, subrayó que la actuación de hoy del PS "lo aleja del centro político" y consideró que los comunistas lograron con su moción "enredar" a los socialistas. EFE
2014-05-30