2001.com.ve | EFE
El hipódromo de Río de Janeiro impulsa una campaña para popularizar las carreras de caballos, una actividad lúdica de tradición europea y que disfruta generalmente la "alta sociedad", con el fin de sepultar este estigma para que más gente asista y disfrute de las competencias del turf.
En contra de la tradicional elegancia y de la sociedad de "elite" que caracteriza a las carreras de caballos en el mundo, en esta ciudad brasileña, sus organizadores quieren que la actividad llegue a cualquier parroquiano y por eso están en campaña para que la gente sepa que sus puertas están abiertas.
El hipódromo de Gávea es administrado por el tradicional Jockey Club en asocio con la Pari Mutuel Urbain (PMU), una empresa francesa, líder en el campo de las apuestas a nivel mundial y encargada de gestionar este tema en Río.
Aunque el acceso al hipódromo de Gávea siempre ha sido gratuito y sus protocolos de vestuario han sido flexibilizados desde 2016 para que cualquier persona que viva en la ciudad más emblemática de Brasil asista a las carreras, el estigma que gira alrededor de las competencias hípicas mantiene en el imaginario colectivo una especie de muro invisible, reconocen los administradores del escenario.
Y es que si bien existe un número promedio de asistentes a los grandes premios y carreras especiales en Río (entre 11.000 y 15.000 personas), los organizadores quieren aumentarlo y destacar que la tradicional actividad hípica es un espacio de diversión, donde todos pueden disfrutar.
Lo hacen desde los que van a apostar por un caballo de su preferencia, hasta los niños que pueden participar de actividades paralelas organizadas exclusivamente para ellos.
"La gente que gusta del fútbol paga una boleta para asistir a los partidos de su equipo favorito. Aquí usted no paga por entrar al hipódromo y ver las carreras", dijo Joseph Levy, CEO de PMU en Brasil
"Puede venir con toda su familia y, si quiere, apostar por su caballo preferido. Sólo necesita un mínimo de 2 reales (unos 0,53 centavos de dólar). Eso es lo que queremos que la gente sepa, que el hipódromo es un espacio de diversión para todos", añadió.
Por eso, este año comenzó en forma una campaña para atraer más público y serán varios los eventos que se realizarán alrededor de las carreras para cumplir el objetivo.
El Gran Premio de Brasil, que tuvo lugar el 10 de junio pasado en el hipódromo de Gávea, abrió las puertas de esa campaña con la adecuación de nuevos espacios para fútbol sala, conciertos de jazz, degustaciones gastronómicas y juegos infantiles, que acompañaron la fiesta hípica.
Este sábado, el turno será para la Copa de los Criadores.
Los protocolos de vestuario, tan estrictos en otros escenarios mundiales, mantuvieron la flexibilidad que desde 2016 aplica el hipódromo de Gávea para las carreras hípicas.
Se permite el uso de bermudas en las tribunas Social y de los Profesionales y las exigencias de vestuario (de asistir con traje completo y corbata) solo se aplicarán en los espacios destinados para socios e invitados especiales.
Sin embargo, en ningún escenario se permite el uso de sandalias ni tops, así como tampoco de camisetas de equipos de fútbol o de políticos.
"Lo que buscamos es atraer más público. Mucha gente todavía cree que para venir aquí tiene que estar súper arreglado, ser invitado, o gastar una fortuna en apuestas. Nada de eso es cierto, no se necesita invitación, cualquier persona puede ingresar", dijo a Efe Gabriela Scholomer, gerente de comunicación del Jockey Club.
Y es que la hípica y sobre todo los "grandes premios" que concentran el interés de los conocedores del tema siempre han estado acompañados del último grito de la moda y de una elite que intenta recrear las famosas carreras de la monarquía inglesa en Ascot, donde la exuberancia y el derroche son iconos.
A las carreras de Ascot acude la familia real y la crema y nata de la sociedad británica e internacional, quienes siguen estrictos protocolos de vestuario, ya tradicionalmente caracterizados por el desfile femenino de estrambóticos sombreros y la rigidez que trae para el público masculino un traje de sacoleva y sombrero de copa en verano, estación tradicional parar las más importantes competencias.
El hipódromo de Río no llega a esos extremos, pero siguió un protocolo desde los años 30 (cuando fue fundado) que exigía el uso de traje completo y corbata -para los hombres- y tacones y vestidos en telas finas para las mujeres.
2018-08-04
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