El Secretario del Tesoro de Estados Unidos, Jack Lew, confió hoy en que se pueda cerrar este año un plan presupuestario de consenso e insistió en que es necesaria una reforma fiscal profunda para empresas e individuos con el fin de aumentar los ingresos.
Lew hizo hoy ante el Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes la primera defensa del presupuesto de 3,77 billones de dólares presentado este miércoles por el presidente Barack Obama para el período fiscal que comienza el 1 de octubre.
"Apoyamos una reforma fiscal tanto para individuos como para empresas. Creemos que ambas deben hacerse de manera conjunta y trabajaremos para ello este año", indicó Lew.
El plan presupuestario presentado por Obama contempla ingresos adicionales por valor de 580.000 millones de dólares a través de una mayor presión fiscal sobre las grandes fortunas y la eliminación de exenciones a corporaciones.
La Casa Blanca quiere así simplificar el código fiscal y reducir el impuesto de sociedades desde el actual 35 %, sin tener que dedicar un mayor número de recursos a la reducción del déficit.
Lew opinó que no hay una "emergencia en término de déficit ahora mismo", algo que no comparten los legisladores republicanos, que consideran que el acento debe ponerse en la reducción del déficit con recortes de gasto federal.
En opinión de Lew, el plan presupuestario de Obama reducirá el déficit a alrededor de un 1,7 % del Producto Interior Bruto (PIB) y ayudará a poner la deuda en el camino de quedarse en el 73 % del PIB en 2023.
El congresista republicano Dave Camp, que preside el comité ante el que declaró Lew, opinó que la propuesta de la Casa Blanca no es suficiente para simplificar el código fiscal estadounidense, ya que deberían evitarse subidas de impuestos también a individuos.
El republicano opinó que para evitar un aumento de la presión fiscal se debe poner el acento en mayores recortes y en una reforma del gasto, pese a que Obama planteó ayer ahorros de 400.000 millones de dólares en el programa del Medicare (sanidad para jubilados) y de 130.000 millones en Seguridad Social (pensiones).
Lew opinó que es "legítimo" tener desacuerdos sobre la necesidad de subir o no los impuestos, pero confió en trabajar para solucionarlos.
"El presupuesto del presidente se apoya en la creencia de que un acuerdo para lograr una reducción equilibrada del déficit es coherente con hacer inversiones críticas, y plenamente pagadas, que continúen el crecimiento económico y la creación de empleos", dijo.
En opinión del nuevo jefe del Tesoro estadounidense, la propuesta de Obama "es un ejemplo de equilibrio entre duros recortes de programas sociales e ingresos adicionales desde aquellos con mayor renta. Esas dos cosas no se pueden separar".
Lew defendió que los duros recortes que piden desde la bancada republicana podrían hacer descarrilar la "frágil" recuperación económica del país y no se deben olvidar los programas para fomentar el empleo, la formación y las inversiones en infraestructuras.
El representante del Tesoro también rechazó la propuesta republicana de que se de prioridad a determinados pagos, si no se alcanza en el tercer trimestre (el verano boreal) un nuevo acuerdo para aumentar el techo de endeudamiento.
Los republicanos exigen desde 2011 recortes a cambio de su apoyo para que el Congreso autorice un aumento al límite de endeudamiento del país.
En enero se aprobó una suspensión de ese techo hasta el 18 de mayo, así que pronto ambas fuerzas deberán ponerse de acuerdo de nuevo.
Lew rechazó ese plan republicano y dijo que no "queda más elección" que subir el techo de la deuda, ya que "no se puede suspender pagos en una y no otra obligación, así que la única posibilidad es aumentar el límite". /EFE