El grupo feminista Femen, nacido en Ucrania, se está instalando en Río de Janeiro con el objetivo de realizar acciones durante los grandes eventos deportivos y religiosos que organizará la ciudad brasileña a partir de este año.
"Los ojos del mundo están volcados a Río. Y para nosotros es muy importante estar más cerca de nuestros enemigos", explicó la representante brasileña del grupo Sara Winter, en declaraciones que divulga hoy la revista semanal "Veja".
La Copa Confederaciones que se celebrará en junio próximo, la Jornada Mundial de la Juventud de la iglesia católica, que se realizará en julio de este año y contará con la presencia del papa Francisco, el Mundial de fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016 son los eventos que llevaron a que las integrantes del movimiento se encuentren en Río de Janeiro para comenzar a organizar sus ya clásicas protestas, que incluyen exibición de senos desnudos, pinturas corporales y consignas de orden.
Los "enemigos" a los que hace mención la activista, cuyo nombre es ficticio con el fin de preservar a su familia, son la industria de la explotación sexual, las dictaduras -entre ellas la de la flacura-, y todo aquello "que priva a una persona de libertad".
"Los eventos en Río seguramente van a atraer más personas de ese tipo (los usuarios de menores para fines sexuales). Lo que queremos es estar frente a frente con ellas", explicó.
En Río de Janeiro, el grupo recién se está instalando con el fin de tener una sede física. En ese sentido, la activista asegura que la mayor dificultad que encontraron es que no poseen garantía para alquilar ni dinero para pagar el depósito de garantía. A eso, explicó, se suma que el precio de los alquileres "es altísimo".
Respecto a su forma de protestar, mostrando los senos con frases pintadas, Winter explica que es una forma de "chocar" para llamar la atención. "Usar frases en los senos es nuestra forma de obligar a las personas a reflexionar sobre determinado problema, a través de la sorpresa, del choque".
Las integrantes del movimiento, además de quitarse la ropa, son entrenadas en autodefensa y para saber enfrentar los abordajes policiales, entre otros aspectos. El entrenamiento de Winter duró un mes y fue realizado en Ucrania, el año pasado.
También aprenden a usar las expresiones faciales como forma de ataque, buscando transformar a una mujer mostrando los senos en un retrato de la indignación. Reirse durante una manifestación está prohibido y el rostro de las participantes debe mostar el ceño fruncido y expresión de enojo.
La forma de proferir las consignas también está debidamente ensayada, y deben ser vociferadas con gritos "estridentes y firmes".
Además, las participantes del grupo reciben ayuda psicológica para poder soportar la "ardua tarea" de ser activista". "Uno puede acabar peleándose con el novio, la familia, los amigos, perder el empleo, y quedar con antecedentes policiales", explica Winter.
"Un día uno no es nadie, y otro está siendo arrastrada por guardias de seguridad y tiene una foto suya exhibida por todo el mundo. Eso puede ser un choque muy grande, entonces es necesario aclarar todo", agrega la joven de 20 años. /DPA