EFE
Una semana después de su desaparición, Israel prosigue la búsqueda, casi a ciegas, de tres jóvenes estudiantes de un seminario rabínico en Cisjordania ocupada, en una operación militar con la que quiere también debilitar al movimiento islamista Hamás, al que ha acusado de su secuestro.
Expertos en inteligencia y analistas reconocen que Israel no tiene hasta ahora la más mínima pista sobre la suerte de Gilad Shaer y Naftalí Frenkel, ambos de 16 años, y Eyal Yifrach, de 19, más allá del anuncio de secuestro que uno de ellos dejó en el número de emergencia de la policía.
"Los hechos son muy simples. Los chicos han desaparecido contra su voluntad, pero nadie ha reivindicado la responsabilidad y sus cuerpos no han sido hallados", dijo al diario conservador "Jerusalem Post" Rami Igra, ex jefe de la Unidad de Desaparecidos del servicio secreto israelí, Mosad.
Este y otros comentaristas coinciden en que "ninguna prueba ha sido presentada que apunte a su secuestro por Hamás", blanco de la operación militar, y que en esa circunstancia la acusación formulada por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha sido "prematura".
El diario Haaretz, sostiene que Netanyahu ha aprovechado el secuestro para arremeter contra la infraestructura militar de Hamás y deslegitimar al recién creado gobierno de unidad palestino.
Desde que comenzó la búsqueda, el Ejército y los servicios secretos han arrestado a unos 300 palestinos en una operación destinada a "debilitar las infraestructuras terroristas" de Hamás en Cisjordania.
Yoav Limor, corresponsal de asuntos militares del conservador "Israel Hayom", explica que quieren "agitar el árbol" hasta que la "fuerte presión" ejercida sobre los islamistas haga caer alguna información relevante.
"Mientras tanto, Israel actúa de forma metódica contra Hamás para asestar un fuerte golpe a sus infraestructuras terroristas, bases políticas y fuentes de financiación", agrega.
Frente a las críticas, el asesor de Política Exterior del primer ministro, Dore Gold, aseguró en un entrevista con Efe que "si los cuerpos de seguridad, con toda su reputación internacional, están diciendo que Hamás está detrás, puedes estar seguro de que es así".
"Israel no puede revelar la información de inteligencia" en su poder, justificó.
La premisa sobre la que trabajan los servicios secretos israelíes es de que "mientras no haya otra prueba, los chicos siguen con vida y en cautividad", y que sólo una organización sólida puede haber realizado una operación de este calibre.
Sólo así se explica, por ejemplo, el que los captores supieran que en la parada en la que se llevaron a los tres era la única sin vigilancia en todo el bloque de colonias de Gush Etzión, o que no hayan dejado el más mínimo rastro.
"Tener cautivas a tres personas requiere un exhaustivo dispositivo, disponer de vehículos, una vivienda, alimentos y hasta medicamentos por si alguien resulta herido o enferma", explicó a Efe una fuente de seguridad que pidió no ser identificada.
"Todo ello demanda una preparación y una logística que muy pocas organizaciones tienen en la zona", insiste
Hamás es sin duda una de ellas, además de que exhorta abiertamente al secuestro de israelíes como moneda de cambio por presos palestinos.
Fundada en 1987, Hamás tiene además un largo historial, pues los primeros secuestros, los de dos soldados israelíes luego asesinados, los cometió en 1989 y desde entonces se ha atribuido el de una decena de militares, policías, taxistas y jóvenes.
El más conocido de ellos, por sus repercusiones internacionales, fue, en 2006, el del soldado Guilad Shalit, canjeado por un millar de presos palestinos en 2011.
Los servicios secretos israelíes aseguran que desde enero de 2013 sus hombres frustraron en Cisjordania 44 intentos de secuestro.
"El fenómeno de los secuestros no es nuevo, la motivación siempre está allí", afirmó el ministro israelí de Defensa, Shaul Yaalón, que como otros dirigentes no se explica la rarísima circunstancia de que nadie lo haya reivindicado siete días después.
Por su parte, a Igra no le cabe ninguna duda de que incluso si Hamás no está detrás, al final entrará en juego a la hora de negociar un canje, "porque (…) no hay otra organización que pueda hacerlo".
Catalizador de prestigio e influencia en la escena política palestina por la importancia que dan a sus casi 5.000 presos en Israel, el secuestro se convirtió en un arma estratégica en 1978, cuando poco después de la "Operación Entebbe", Israel puso fin con su primer canje a la histórica política de "no negociar con el terrorismo".
La "Operación Entebbe" la llevaron a cabo unidades de elite del Ejército israelí, que el 4 de julio de 1976 liberaron a más de dos centenares de personas que viajaban en un vuelo de la compañía Air France que cubría la ruta Tel Aviv-Atenas-París y que fue secuestrado por terroristas del Frente Popular para la Liberación del Palestina (FPLP) y desviado a la capital ugandesa.
Desde entonces, Israel ha negociado y excarcelado a más de 7.500 milicianos de distintas nacionalidades árabes, la mayoría palestinos, a cambio de apenas quince de sus ciudadanos y 6 cadáveres de militares, aunque la mayoría de los secuestros han acabado en el asesinato de la víctima. EFE
2014-06-19