El tribunal regional de Múrmansk (Rusia) rechazó los tres primeros recursos de apelación presentados por activistas de Greenpeace contra la prisión preventiva dictada contra una treintena de ellos por haber organizado una protesta con el rompehielos "Arctic Sunrise".
Los treinta activistas están acusados de piratería marítima y fueron condenados a finales de septiembre a prisión preventiva hasta el próximo 24 de noviembre, en espera de los juicios.
Los tres primeros activistas que han visto denegada su solicitud de excarcelación son de nacionalidad rusa, según informó la sección rusa de la ONG medioambiental a través de Twitter.
La primera en saber que continuará en la cárcel fue Ekaterina Zaspa, médica del rompehielos detenido el pasado 19 de septiembre en el Ártico ruso, cuando varios miembros de su tripulación trataron de encadenarse a la plataforma petrolífera Prirazlómnaya del gigante energético estatal Gazprom.
Poco después, el tribunal de Múrmansk también rechazó los respectivos recursos de apelación de otros dos activistas: del fotógrafo freelance Denís Siniakov, y del portavoz de Greenpeace Rusia, Andréi Allajvérdov, por lo que seguirán en prisión.
A lo largo de esta semana el tribunal irá resolviendo el resto de los recursos.
Dos periodistas del portal digital Lenta.ru, entre ellos la directora del medio, uno de los más populares de Rusia, pidieron a los magistrados la liberación de Siniakov bajo su aval personal.
La semana pasada, la Justicia rusa presentó los cargos formales contra los tripulantes por intentar encadenarse a la plataforma petrolífera Prirazlómnaya, y a todos los acusó de piratería, un delito castigado en Rusia con penas de hasta quince años de prisión.
Los tripulantes del "Arctic Sunrise" proceden de Rusia, EEUU, Argentina, Reino Unido, Canadá, Italia, Ucrania, Nueva Zelanda, Holanda, Dinamarca, Australia, Brasil, República Checa, Polonia, Turquía, Finlandia, Suecia y Francia.
Tras conocerse la denegación de los recursos, el director ejecutivo de Greenpeace Internacional, Kumi Naidoo, aseguró que "no puede haber justificación para que continúe la detención de unos activistas que no hicieron más que expresar sus creencias a través de medios pacíficos".
"Les han acusado de un crimen que no ocurrió… Ahora son presos de conciencia, y como tales, son la responsabilidad del mundo", subrayó.
También denunció que las condiciones en las que han estado encarcelados los últimos 19 días los activistas han violado, en algunos casos, sus derechos.
Según Greenpeace, más de 1,1 millones de personas en el mundo han enviado correos electrónicos a las embajadas rusas de sus países pidiendo la inmediata liberación de los treinta activistas.
Tras la protesta junto a la plataforma de Gazprom en aguas del mar de Barents, el rompehielos de la ONG fue apresado por la guardia de fronteras rusa, y sus tripulantes detenidos y trasladados a tierra para comparecer ante la Justicia.
El consorcio energético planea comenzar la producción de petróleo en esa plataforma en el primer trimestre de 2014, lo que, según la ONG, aumenta el riesgo de que se produzca un vertido de petróleo en un área que contiene tres reservas naturales protegidas por la propia legislación rusa./EFE