El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, intentó, en su nueva visita a la región, abortar la profunda crisis que atraviesa el proceso de paz entre israelíes y palestinos y destacó que los asentamientos judíos son "ilegítimos" y no ayudan a la marcha de las negociaciones.
Tras entrevistarse en Jerusalén con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y en Belén con el presidente palestino, Mahmud Abás, el jefe de la diplomacia estadounidense rechazó que los palestinos hubiesen aceptado nuevas construcciones en los asentamientos a cambio de la puesta en libertad de los presos, como aseguraron algunos medios israelíes en los últimos días.
"Quiero ser muy claro en que en ningún momento los palestinos acordaron, como parte del regreso a las conversaciones, que aceptaban los asentamientos", insistió el secretario de Estado en un intento de calmar el malestar palestino por esas informaciones.
Fuentes palestinas próximas al proceso indicaron a Efe que la última reunión negociadora celebrada, en Jerusalén, concluyó con una fuerte discusión sobre los nuevos anuncios de construcción de colonias por parte de Israel que siguieron a la última fase de liberación de presos.
Según esas fuentes, las negociaciones atraviesan una "gran crisis" debida a la persistencia israelí en la construcción de asentamientos, puesta ya de manifiesto por la carta de dimisión que el jefe negociador palestino, Saeb Erekat, presentó la semana pasada a Abás.
También los medios israelíes hablaban del colapso del proceso negociador y algunos lo daban incluso por muerto.
El presidente palestino acordó negociar durante 9 meses al inicio de los contactos pero tanto Erekat como el otro negociador palestino, Mohamed Stheye, han mostrado serias reticencias a proseguir las conversaciones en la situación actual.
Aunque Israel no se comprometió a congelar la construcción de asentamientos al inicio de las negociaciones, las fuentes citadas aseguran que la parte israelí sí dio garantías a Kerry de que la moderaría y de que no lo haría fuera de los bloques de colonias ya consolidados.
"Estados Unidos ha dicho que cree que los asentamientos no ayudan y que son ilegítimos", afirmó el secretario de Estado tras reunirse con Abás y recalcó que "no debe haber ninguna conexión (entre el regreso a las conversaciones y la aceptación de la construcción en las colonias)".
El presidente palestino se abstuvo de hacer declaraciones y dejó que fuese Kerry quien precisase que "sería mejor que esa construcción fuera lo más limitada posible, con el fin de ayudar a crear el clima que estas conversaciones necesitan para proceder de forma efectiva".
Por su parte, Netanyahu, que se reunió con el dirigente estadounidense por la mañana en Jerusalén, insistió en que Israel "cumple escrupulosamente" las condiciones acordadas al comienzo de las negociaciones hace tres meses y recalcó que su Gobierno "quiere la paz con los palestinos".
"Estoy preocupado por el progreso de las negociaciones porque veo que los palestinos continúan con la provocación, continúan creando crisis artificiales y escapando de las históricas decisiones que se necesitan para hacer una paz genuina", advirtió el primer ministro ante el secretario de Estado.
"Siempre hay dificultas y tensiones, pero confío mucho en nuestra capacidad para superarlas, es por eso que estoy aquí" le respondió Kerry, que esta noche se verá de nuevo para cenar con Netanyahu y mañana lo hará otra vez con Abás tras visitar Jordania.
Según una encuesta publicada por una universidad de Cisjordania, el 70 por ciento de los palestinos cree que las negociaciones de paz actuales fracasarán y el 53 por ciento no respalda la vuelta a las conversaciones con Israel.
El 90 por ciento estima además que la política de Estados Unidos es favorable a Israel.
El secretario de Estado anunció a su llegada a Belén un paquete de ayuda de 75 millones de dólares a los palestinos para todo tipo de proyectos sociales y de infraestructuras, que se sumarán a otros 25 millones aprobados este año.
Aún así no pudo evitar que centenares de palestinos participasen en Belén en una protesta contra su visita con pancartas que instaban a abandonar las negociaciones y otras en las que se leía: "No a la parcialidad de EEUU con Israel"./EFE