EFE
La FIFA admitió que el Mundial de fútbol de Brasil este año podría no ser el más ‘verde’, a pesar de garantizar que ha implementado la estrategia de sostenibilidad "más exhaustiva" de la historia de este campeonato.
El director de responsabilidad social de la FIFA, el argentino Federico Addiechi, afirmó hoy en una rueda de prensa que los cálculos de emisiones del Mundial de 2014 "coinciden" con los análisis previos que se hicieron en Sudáfrica 2010, que suponen una generación de 2,7 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2).
En Sudáfrica, después del torneo, se rebajó el cálculo de emisiones hasta 1,6 millones de toneladas de CO2, debido a que hubo menos espectadores de los esperados.
Addiechi dijo que la FIFA no puede comentar la precisión de los cálculos del último mundial porque los realizó el gobierno sudafricano, sin que tuviera acceso el órgano rector del fútbol.
Garantizó que en Brasil, al igual que en el Mundial femenino de Alemania 2011, las previsiones son "precisas", porque "la FIFA y el Comité Organizador Local (COL) tienen acceso a los datos".
En el caso de Brasil, cerca del 80 por ciento de las emisiones corresponden a los largos viajes de avión, que serán necesarios por la lejanía de las subsedes, aunque, según el directivo, esa cifra se compensa por el hecho de que la matriz energética de Brasil es "más limpia" que la de Sudáfrica.
Cerca de la mitad de la energía consumida en Brasil, incluyendo los combustibles, es renovable y cerca del 80 por ciento de la energía eléctrica se produce en centrales hidroeléctricas.
El Mundial de Brasil es el primero de la historia en el que la FIFA y el COL han decidido implantar una estrategia conjunta de sostenibilidad.
"Esta es la primera estrategia de sostenibilidad. No es perfecta, pero sí amplia. Hacer estas cosas siempre es difícil y te gustaría hacer más, pero es la estrategia más exhaustiva que se ha hecho. Ya es mucho mejor de lo que hemos hecho en el pasado", comentó Addiechi.
También por primera vez los organizadores se comprometieron de forma voluntaria a que los doce estadios que recibirán partidos del Mundial tengan certificados de sostenibilidad.
Para conseguir esos certificados, se han aprovechado los escombros en la reforma de los estadios y se han tomado medidas de ahorro de energía y de agua, como la instalación de placas solares fotovoltaicas y sistemas de captación de lluvia.
A partir del Mundial de Rusia 2018, estos certificados de sostenibilidad serán un requisito para los estadios y la FIFA también hará obligatorios otros elementos "verdes".
Addiechi admitió que los atrasos en las obras acarrean el riesgo de que se "reste prioridad a los elementos de sostenibilidad", pero aseguró que en el caso de Brasil eso no está ocurriendo, a pesar de que varios estadios han superado la fecha límite de entrega.