Decenas de miles de opositores protagonizaron hoy una marcha en las afueras de la capital bareiní, Manama, en medio de un aumento de la represión gubernamental a los disidentes y del fracaso del diálogo entre ambas partes.
En una de las mayores manifestaciones convocadas desde el año pasado, los manifestantes corearon lemas para exigir la liberación de los presos políticos y la adopción de reformas en el reino, la mayoría de cuya población es musulmana chií pero la dinastía gobernante pertenece a la rama suní.
La marcha tuvo lugar en la autopista Budaiya, en el norte de la capital, cuatro de cuyos carriles quedaron cortados, según pudo constatar Efe.
También se escucharon consignas pidiendo la caída del rey Hamad Bin Isa Al Jalifa.
Esta demostración de fuerza se produce después de que la semana pasada la oposición bareiní suspendiera su participación en el diálogo nacional en protesta por la detención del dirigente del partido chií Al Wefaq, Jalil al Marzuq.
Desde el 14 de febrero de 2011, Baréin, un pequeño reino del golfo Pérsico, es escenario de manifestaciones por parte de la mayoría chií, que constituye el 70 % de la población del país, contra la monarquía suní gobernante.
El martes pasado, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo ante la Asamblea General de la ONU que Irak, Baréin y Siria sufren tensiones sectarias y que su administración iba a continuar su apoyo a las reformas democráticas.
Estas palabras no sentaron bien a las autoridades bareiníes, que aseguraron que "el clima actual en el país no se puede comparar con los conflicto sectarios en Siria e Irak".
El ministro bareiní de Asuntos Exteriores, Jalid bin Ahmed al Jalifa, respondió ayer que lo que está pasando en Baréin es "un esfuerzo concertado entre grupos terroristas extremistas que tienen como objetivo extender el temor y la división en la sociedad". EFE