EFE
En Madrid hay unos 250 miembros de bandas latinas activos que cada vez protagonizan menos incidentes y de menor gravedad, y la Policía española les controla de cerca, según fuentes de la institución.
Fuentes de la Sección de Bandas Latinas de la Brigada Provincial de Información de Madrid señalaron que apenas existe riesgo de establecimientos de las violentas "maras" centroamericanas.
Los Dominican Don’t Play están entre los más activos, aunque su ilegalización por parte del Tribunal Supremo español puede hacerles bajar aún más su actividad.
El Supremo dictaminó, en una sentencia conocida el pasado martes, que la banda latina Dominican Don’t Play es una asociación ilícita, lo que supone otorgarle una calificación similar a la que tienen otras organizaciones como los Latin King o los Ñetas, y considerar un delito el simple hecho de pertenecer a ella.
Para la Policía se trata de una "muy buena noticia a nivel jurídico, policial y social",
Desde el punto de vista judicial se sienta jurisprudencia para los tribunales superiores de justicia de las diferentes comunidades autónomas, y policialmente permite imputar a los detenidos pertenencia a organización criminal o asociación ilícita, de manera que "se refuerza la lucha contra este tipo de grupos".
Además puede tener un efecto disuasorio en la captación de jóvenes por parte de las bandas, ya que éstos pueden saber que se les puede imputar solo por pertenecer a uno de estos grupos.
La radiografía de hoy de las bandas latinas en Madrid refleja que hay entre doscientos y 250 miembros activos que en los últimos tiempos protagonizan menos incidentes y de menor gravedad, por lo que cada vez estos generan menos alarma social.
La mayoría de las reyertas entre bandas son casuales, porque coinciden miembros de una y otra, y solo algunas son buscadas.
La Policía tiene mucha información sobre ellos y es eficaz en la resolución de los delitos que protagonizan, de manera que "los mantiene muy a raya", según el mando policial, que explica que los pandilleros "saben perder" ante los agentes y ambos "se respetan".
La mayoría de los pandilleros que hay hoy en Madrid pertenecen a los Latin King, Ñetas, Trinitarios y Dominican Don’t Play. En los últimos años los dos primeros, en su mayoría ecuatorianos, tienen menos actividad, mientras que los dos segundos, fundamentalmente dominicanos, tienen más.
"Las bandas tienen altibajos y a veces pasan a la sombra, como ellos dicen, normalmente tras una operación policial. Son como vasos comunicantes que tienden a equilibrase, de manera que cuando unas suben otras bajan", relató el experto.
Los DDP, ilegalizados precisamente cuando tienen más actividad con respecto a épocas anteriores, son aproximadamente un cuarto de los 250 pandilleros activos, algunos de nacionalidad española.
Estos pandilleros comenzaron a operar en España en 2004, cuando se crearon varios grupos a imagen y semejanza de los constituidos hace años en EEUU para reivindicar la supremacía de lo latino y la lucha contra el racismo.
Llevan collares -más o menos dependiendo de la posición en el grupo- con los colores de la bandera de su país y ropa deportiva amplia.
La captación de miembros jóvenes es uno de los objetivos de las bandas y de lo que más se ocupa la Policía, ya que los investigadores tienen muy claro que estos grupos "son escuelas de delincuencia".
"Les enseñan a ser dóciles, les entrenan en la obediencia a los jefes, pero también a ser valientes y a asumir un rol en el grupo", de manera que los más aventajados pueden acabar integrándose en organizaciones criminales importantes, dijo una fuente de la Sección de Bandas.
Al principio los DDP se reunían y protagonizaban reyertas en los barrios más populares de la capital, pero con el tiempo trasladaron parte de su actividad a localidades periféricas, al igual que otras bandas, ya que es más fácil mantenerse donde hay más jóvenes de sus países de origen. EFE