La troika, formada por la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), ha dado luz verde al último desembolso de 1.400 millones de euros para Irlanda, que saldrá del programa de ayuda el próximo 15 de diciembre y recuperará así en principio su soberanía económica.
La tríada de acreedores internacionales concluyó su duodécima y última misión de revisión del rescate irlandés, que "continúa encarrilado en el contexto de una recuperación económica emergente", de manera que las conversaciones con Dublín se centraron en esta ocasión en el fin del programa y los "retos pendientes".
La eurozona está a la espera de que el Gobierno irlandés solicite o no un programa preventivo tras el rescate para que lo acompañe en su regreso a los mercados y los asesores económicos del Ejecutivo de Dublín afirmaron el jueves que Irlanda debería solicitar ayuda adicional, dado que "la situación es todavía frágil" tras el rescate solicitado en 2010 a la UE y el FMI por 85.000 millones de euros.
"Una fuerte implementación de las políticas por parte de las autoridades irlandesas y decisiones tomadas a nivel europeo han mejorado las condiciones de financiación, incluso cuando los desafíos internos y externos permanecen inciertos", indicó hoy la troika en un comunicado.
De momento, la última revisión de la troika permitirá al fondo de la UE gestionado por la CE, el Mecanismo Europeo de Estabilización Financiera (EFSM, en inglés), y al FMI conceder a Irlanda el tramo final de ayuda de 800 millones de euros y de 600 millones respectivamente dentro del actual programa, a la espera de los procedimientos internos de aprobación.
En su comunicado, la troika destaca que la economía irlandesa ha estado creciendo por encima de la media de la eurozona desde 2011 y las exportaciones de bienes, el comercio al por menor, los precios de vivienda y la confianza de los consumidores están aumentando.
El desempleo está disminuyendo y la creación de empleo visto en la primera mitad del año continúa en la segunda, lo que es crucial para la demanda interna, según los acreedores.
No obstante, la troika prevé un crecimiento bajo en 2013 para Irlanda y algo más pronunciado, del 1,75 % en 2014.
Por otra parte, la ejecución presupuestaria está prosiguiendo adecuadamente, aunque Irlanda debe mantener el control sobre los gastos, especialmente en el sector de la salud, para garantizar el cumplimiento del objetivo de déficit del 7,5 % del PIB en 2013.
Para alcanzar un superávit primario y un déficit del 4,8 % en 2014 (más ambicioso que el 5,1 % fijado por la UE) como ha establecido Irlanda en su presupuesto para 2014, debe seguir cumpliendo estrictamente las cuentas.
Acometer ahorros en los gastos sanitarios al tiempo que proteger los servicios esenciales requerirá particular atención, sostiene la troika, al igual que ampliar la base de los ingresos, la reforma del sector de salud y dirigir las ayudas sociales a los más vulnerables.
En el sector financiero, el saneamiento continúa, aunque el porcentaje de préstamos morosos sigue siendo alto, la actividad prestamista es débil y se requiere una solución duradera a los atrasos en el pago de las cuotas hipotecaras para reducir incertidumbres sobre la recuperación económica, indica la tríada.
La eurozona está también pendiente de los resultados del análisis de los balances de la banca.