Las autoridades libanesas condenaron hoy el lanzamiento de cuatro proyectiles sobre Israel desde el sur del Líbano, un ataque del que Tel Aviv responsabilizó al Gobierno y al Ejército libanés.
El presidente libanés, Michel Suleiman, y el primer ministro saliente, Nayib Mikati, calificaron lo sucedido de "flagrante violación de la resolución 1701″.
Los mandatarios hicieron así alusión en sendos comunicados al texto de la ONU que puso fin a la guerra del verano de 2006 entre Israel y el grupo chií libanés Hizbulá.
También prometieron una investigación y llevar ante la justicia a los autores de los disparos, que no causaron víctimas y fueron efectuados desde la región meridional de Tiro.
Mikati señaló que el Ejército libanés, en cooperación con las fuerzas de la ONU para el Líbano (FINUL) llevan a cabo una investigación para descubrir las circunstancias de ese incidente.
Denunció, además, cualquier intento de socavar la estabilidad que goza el sur del Líbano, en especial la región fronteriza.
El Ejército israelí afirmó horas antes que considera al "Gobierno del Líbano y a las Fuerzas Armadas libanesas los organismos responsables de este ataque".
En una nota, precisa que uno de los proyectiles fue alcanzado por la batería antimisiles "Cúpula de Hierro" entre las ciudades de Naharía y San Juan de Acre, mientras que otros dos impactaron en zonas pobladas causando solo daños materiales.
Este ataque se produce en un momento de alta tensión ya que el Líbano ha responsabilizado a Israel de un atentado que causó el pasado 15 de agosto 27 muertos y 336 heridos en un feudo del grupo chií Hizbulá en Beirut.
Por su parte, Hizbulá reivindicó un día antes de ese atentado la autoría de las explosiones que hirieron a cuatro soldados israelíes el pasado 7 de agosto en territorio libanés.
El movimiento chií es uno de los principales aliados de los regímenes de Damasco y de Teherán y uno de los más acérrimos enemigos de Israel en la región. EFE