Las FARC consideran que el narcotráfico es un "complejo problema" que no es exclusivo de Colombia y cuya solución requiere del concurso de la comunidad internacional, según dijo la guerrilla al reiniciarse hoy en Cuba los diálogos de paz con el Gobierno del presidente colombiano, Juan Manuel Santos.
"No es éste un problema exclusivo de Colombia, sino un problema internacional cuya solución debe comprometer al conjunto de las naciones", destacó la insurgencia en una declaración leída por el número dos de las FARC y jefe de sus negociadores, "Iván Márquez", alias de Luciano Marín Arango.
El Gobierno colombiano y la guerrilla volvieron este jueves a La Habana para iniciar la discusión sobre el problema de las drogas ilícitas, el tercer punto que abordará la mesa de negociación tras alcanzar acuerdos parciales sobre desarrollo rural y participación política.
Las FARC definieron el narcotráfico como "una caja de Pandora" y distinguieron entre la coca, usada desde hace siglos "para mitigar el hambre, la sed, el cansancio, como digestivo y relajante y (…) con propiedades nutricionales y medicinales", de la cocaína, un estupefaciente "que plantea hoy un grave problema de salud pública mundial".
"Si convenimos que no es lo mismo coca que cocaína, resulta ilógico que para acabar con el problema del narcotráfico se deba entonces erradicar una planta que puede brindar beneficios a la humanidad", leyó Márquez.
La guerrilla reclamó que el rigor de la represión contra las drogas ilícitas no recaiga "sobre los eslabones más débiles" de la cadena del narcotráfico que a su juicio son los consumidores y los campesinos "cuando los beneficiarios principales del negocio ilegal son los emporios financieros del mundo".
La guerrilla lamentó que el narcotráfico "ha permeado todo el tejido social colombiano, incluyendo al Estado" pero insistió en que no es un fenómeno exclusivo de Colombia: "hoy en día se reconoce que los dineros del narcotráfico y de otras actividades ilegales han contaminado todos los circuitos financieros de la economía mundial".
En su declaración, las FARC recordaron sus posiciones históricas en torno al problema de la producción, comercialización y consumo de drogas, que consideran un grave problema social "que no puede tratarse por la vía militar".
También denuncian que el narcotráfico sirve como "excusa para el intervencionismo de potencias extranjeras en el conflicto interno colombiano".
El que arrancó este jueves es el decimoséptimo ciclo de las conversaciones de paz entre gobierno y guerrilla, a las que hoy se incorporaron dos nuevas negociadoras del Gobierno, Paulina Rivero y Nigeria Rentería, en sustitución de Luis Carlos Villegas, nombrado embajador de Colombia en Estados Unidos.
Como es habitual, los delegados de paz del Gobierno de Santos, encabezados por el exvicepresidente Humberto de la Calle, no hicieron declaraciones a su llegada al Palacio de Convenciones de La Habana, sede permanente de la negociación. EFE